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La oscuridad de la noche, los sobresaltos asociados a ruidos y luces extrañas y la conciencia propia de quien experimenta son malos compañeros de viaje cuando lo quiere tener un acercamiento a lo paranormal sin tener en cuenta que la gran mayoría de los fenómenos extraños, tiene explicación terrenal.
Con buena voluntad se pueden confundir las visiones. Un carro de luces en el cielo no tiene por qué ser por necesidad un ovni; pero es cierto que muchas personas los confunden porque, por ejemplo, los paneles solares que llevan los satélites artificiales, con el reflejo de la luz de sol, pueden parecer lo que no son por la acción solar. Sobre todo cuando los ve el ojo humano, que es generalmente al atardecer o al amanecer.
Sin ir más lejos, el miércoles los burgaleses pudieron observar en el cielo, en las primeras horas de penumbra y sobre las 20.00 horas, dos potentes luces al sur oeste. Era la conjunción de Júpiter y Venus. Esa conjunción la alcanzan los planetas cuando comparten la misma ascensión recta. En realidad es una ilusión óptica porque entre uno y otro hay nada menos que 900 millones de kilómetros.
Hay otras luces más desconcertantes. Conductores, de noche, en carreteras solitarias que ven algo extraño en el cielo… una fila de luces alineadas perfectamente y muy brillantes. Parece una serpiente luminosa que según va tomando altura hace que las luces se desprendan poco a poco. La imagen, vista desde la Tierra es espectacular y desconcertante. Mucha gente cree haber visto un ovni.
Así, los últimos meses se ha producido una cascada de informaciones en medios generalistas y especializados acerca de las experiencias vividas por mucha gente. Se ha visto en el cielo esa cadena de luces, o bólidos incandescentes sobre las ciudades de medio mundo. Aunque sean objetos no identificados (por quien los observa), la realidad es que no son naves que vengan de otro universo. Son de este mundo y mucho.
El ejemplo más claro lo aportaba BURGOSconecta en la publicación del 20 de agosto de 2022. El mes de agosto da para muchas especulaciones acerca del cielo, pero esta información iba más allá porque decía que fueron muchos son los burgaleses la noche del 21 de agosto, dice de manera textual «presenciaron cómo una pequeña 'bola de fuego' surcaba los cielos de la provincia, llamando la atención de propios y extraños al filo de la medianoche».
Informaciones así nos retrotraen a la etapa más prolífica en avistamientos ovni en los cielos de nuestras ciudades. Nos transporta en el tiempo; parece que leyéramos aquellas bellas y románticas crónicas de ovnis; lástima que fuera todo demasiado prosaico. Porque solo unas líneas más abajo ya se nos aclarara que tan solo era «un pequeño meteorito o fragmento de uno que arde a gran altura, formando un punto muy luminoso». Lástima.
Es más, el presidente de Astro Burgos, Enrique Bordallo, apuntaba «otra posibilidad». Ahí se abrían de nuevo los ojos del curioso porque esa luz podría ser un satélite desprendido «por un fallo», del proyecto Startlink, «o un trozo del cohete lanzador». Y toda esta explicación es muy interesante. No admite duda de que es un objeto creado por humanos, pero esto nos lleva a preguntarnos ¿cuánta basura hay en el espacio?
Días después saltó otro suceso a las redes sociales de manera inmediata, a primeros de septiembre, el fin de semana del 4 y 5 de ese mes, en el noreste de la ciudad de Burgos. En ese arco del paralelo 42 se pudo ver un tren de luces nada poético, por cierto, como el caso anterior. Las explicaciones aparecían en todos los medios de comunicación. Era el satélite Falcon 9, de la misma compañía, Startlink del multimillonario dueño de Twitter, Elon Musk.
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Julio César Rico
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Otro caso más es el que el periódico de este grupo, Las Provincias, recoge en Valencia. Con la misma 'decepción' dice: «Lamentamos decepcionar a los más soñadores, pues este misterio tiene una explicación terrenal y nada extraterrestre. Estas luces no se corresponden a ningún fenómeno sobrenatural, sino al lanzamiento de varios satélites Starlink por parte de Space X, la empresa propiedad de Elon Musk».
El caso es que Musk y las agencias espaciales nos van a complicar la vista a quienes gustamos de mirar al cielo. Y nos confundiremos pese a que las diferencias entre Starlink y un ovni son significativas. Pero es más. Al ser tan brillantes estos satélites artificiales se pueden llegar a entorpecer los estudios y observaciones del cielo.
El multimillonario ahora dice que con su proyecto llevará Internet a personas sin recursos en todo el mundo, vamos que el fin justifica los medios. Son nuevas constelaciones formadas por miles de pequeños satélites que orbitan a altitudes entre 450 y 1.200 kilómetros de la superficie de la Tierra darán cobertura de Internet a todo el planeta.
Luces y fenómenos poco habituales en el cielo a los que es fácil dar una explicación en muchos casos, como los relatados en esta misma sección, perfectamente definidos por el experto ufólogo y periodista del misterio Enrique de Vicente.
Una foto, atribuida al naturalista burgalés de Poza de la Sal, dio la vuelta al mundo porque se veía en ella un ovni aparentemente estrellado en mitad de una selva. Pronto se popularizó y 'viralizó', si la expresión pudiera usarse en los años 90 cuando ni de lejos existían redes sociales. Esa leyenda urbana decía que Félix en uno de sus viajes para grabar episodios de la serie 'El hombre y la Tierra', había sido contactado por seres de otros mundos.
Una información, que salió desde una asociación navarra de ufología, decía que habían descubierto unas instantáneas en un laboratorio fotográfico de Zaragoza que provenía de una rollo del mismísimo Félix Rodríguez de la Fuente. Una foto que se sacó de un fotograma de una película norteamericana de la serie que protagonizaba Dean Martin en el papel del James Bon americano», como explicaba recientemente en 'La rosa de los vientos' el experto en ovnis Manuel Carballal.
Todo resultó ser un montaje pensado por alguien que, lejos de arrojar luz sobre estos temas, complicó todavía más las cosas y hace entornar un halo poco menos que de falsedad y que afecta directamente a aquellos casos que sí pueden ser verídicos, como los avistamientos desclasificados en los años 90 entre los que se encontraban varios casos en Burgos.
Que los humanos vemos cosas en el cielo es una certeza; como lo es que quien lo ve, no miente. Pero entonces ¿qué ocurre? ¿Qué son esas luces? ¿Qué son esos objetos? Es muy ilustrativo y curioso lo que publicaban los periódicos la semana pasada. Al parecer una bola gigante de hierro aparecía en la playa de Enshu, en Japón.
Una esfera, metro y medio de diámetro que nadie hasta el momento ha encontrado explicación. Los investigadores reconocen «que no tienen ni idea»; y están a la espera de que alguien se pronuncie; ¿se imaginan que esto apareciera en la playa de la Concha en San Sebastián o en la de Gurugú en el Grao de Castellón? O que ese artefacto, que proviene del cielo, cayera en el Cerro de San Miguel, de la capital…
Un caso extraordinario ocurría el pasado enero en Hawái. Un misterioso aparato azul en forma de espiral aparecía en el telescopio Subaru del Observatorio Nacional de Japón, En sus pantallas aparecía un misterioso objeto azul rondando por el oscuro cielo de Hawái.
En un principio era un pequeño punto azul que rondaba por el cielo sobre el volcán Mauna Kea. La explicación del fenómeno, según el Observatorio es que «se encontraban ante la presencia de una luz provocada por los procedimientos técnicos que lleva a cabo la empresa SpaceX en sus satélites».
Y así, la cuenta oficial de Twitter del departamento de ingeniería del telescopio Subaru (@SubaruTel_Eng), explicaba el punto de luz en espiral con que «la empresa aeroespacial del magnate Elon Musk había cargado combustible a uno de los Falcon 9 que operaba dentro de la misión NRO Launch 85, la cual consistió en reutilizar varios cohetes de la misma línea».
Todo muy mundano y poco poético.
Las noticias acerca del terremoto en Siria y Turquía han hablado de que unos días antes, en esa zona del planeta, se han producido una serie de fenómenos extraños que han quedado registrados en periódicos e informativos. Manuel Carballal explicaba en la Rosa de los Vientos de Onda Cero que hay una estrecha relación entre los terremotos y ciertas luces extrañas que se registran antes de un sismo.
El neurocientífico americano Michael Persinger descubrió una relación entre los avistamientos de ovnis y los movimientos sísmicos. Asegura que cuando se producen los choques de las placas tectónicas previas al desarrollo de un terremoto, se presionan las bolsas de gases internos «y se producen unos fenómenos electricidad, no esféricas como los fuegos de San Telmo, los fuegos fatuos», que generan luces asociadas a los terremotos.
Persinger, además hizo «un trabajo precioso, intentando utilizar la casuística ovni asociada a los movimientos sísmicos para predecir terremotos y salvar vidas». Michael Persinger es el creador del famoso 'Casco de Dios'. Un instrumento que puede «provocar una alteración en la conectividad cerebral a través de la estimulación magnética transcraneal».
El caso es que este tipo de fenómenos descritos por Persinger son habituales y por ello tienen una explicación basada en la experimentación y las comprobaciones científicas.
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