El balneario es un edificio recio y grandioso. PCR
Burgos Misteriosa

La energía telúrica del norte: Corconte y Valdebezana

En 1922, con gran boato y presencia de las más altas autoridades de la región, se inauguraba el Hotel de la Fuente, Gran Hotel Balneario después, en la villa de Corconte, localidad cántabra cuyas aguas surgen de un manantial burgalés

Viernes, 3 de febrero 2023, 07:07

Cuando el visitante traspasa la verja que separa la carretera que lleva a Corconte y penetra en el recinto del balneario, cruza la dimensión del tiempo. El majestuoso edificio de los felices años 20 es hermoso, pero sobrio. Sus estancias, hoy más modernas, son un ... viaje en el tiempo para plantarse en 1922, año en el que fue inaugurado.

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Miles de historias de personas anónimas han quedado escritas en sus piedras con la tinta invisible e indeleble del paso del tiempo. Y ahí están para ser rescatadas. Si la vida primitiva surgió del agua, Corconte nace también de la fuente de la vida, pasada y eterna.

El lugar y todo el entorno es uno de esos sitios a los que bien podríamos llamar 'centro de poder'. A la fuerza sanadora del agua se suma la presencia de otros vértices repletos de misterio. El agua del balneario nace del lado oeste del mítico puerto del Escudo, uno de los pasos francos de las montañas de la Cordillera Cantábrica hacia la Castilla mesetaria.

Un segundo vértice es el embalse del Ebro, no tanto por ser el mar del norte de Castilla, sino por lo que significa el río Ebro, el Íber romano, que cruza el noreste de España bañando y fertilizando la tierra por la que se atreve a cruzar.

El tercer vértice lo constituyen los retazos de vida del Imperio Romano que atestigua el burgalés de Villadiego, padre Enrique Flórez, en su 'España Sagrada'. Las ruinas de Retortillo fueron identificadas con la ciudad romana de Juliobriga. Roma levanta la urbe durante las Guerras Cántabras, 30 años antes del nacimiento de Cristo.

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El tridente mágico campurriano y de Valdebezana convierte a esta zona en un sitio de poder. Lo es porque aquí se entiende la vida de una manera especial. Lo es, porque la influencia que ejerce la fuerza de la tierra en los elementos naturales, incluidas las personas, es especial. Y ese influjo telúrico llega a las aguas, las del manantial de Corconte y al río que las acoge, el Ebro.

Un pastor y un caballo

Los descubrimientos más grandes suelen hacerse por casualidad, por serendipias de la vida. Eso ocurrió en Corconte. Historia o leyenda, los lugareños coinciden en señalar que un pastor campurriano dejó pastando a su viejo y enfermo caballo por las campiñas el Ebro. Estaba a punto de sacrificarlo o simplemente dejarlo morir en paz. El caso es que pasados los días, el rocín, lejos de caminar hacia una muerte anunciada, revivió; y de qué manera.

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En su afán por descubrir de dónde procedía esa fuente de vida súbita a su caballo, el pastor se dio cuenta de que sólo podría venirle de las aguas de un manantial de la zona. Con algarabía se lo comunicó a sus vecinos y la fama de milagrosa del agua de Corconte corrió por toda la comarca Campurriana y por Valdebezana. Los cazadores de oportunidades la comercializaron desde finales del siglo XIX.

Detalle del balneario. JCR

El empresario de Santander Juan Correa compraría los terrenos tras observar el milagro de la recuperación de su esposa tras tomar las aguas en la vetusta casa abierta para tal fin desde finales del XIX. La mujer había visitado los más reputados balnearios de Europa sin éxito. Y sin embargo, a poca distancia de su ciudad tenía el remedio a sus dolencias, en una recoleta y humilde casa de aguas. Y con el nombre de Hotel de la Fuente abría en 1922 el flamante nuevo balneario que con el paso de los años se convirtió en el Gran Hotel Balneario.

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A la belleza y grandiosidad del balneario se le une la del entorno. La España de los años 20 era feliz, pero pobre. Así que acudir a un balneario era cosa de ricos. Y por la meteorología de la zona, la época más adecuada era el verano. Así que los tres meses de estío Corconte se llenaba de bañistas que iban al norte de Burgos a curarse de los males físicos.

Al mismo tiempo, el agua que servía para los baños también podía ser ingerida. Y el negocio de las embotelladora prosperó y sigue hasta nuestros días. Este producto proporcionó a la embotelladora el suficiente capital para que la casa de baños pudiera mantenerse abierta en todas las épocas del año.

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Los anuncios en la prensa de la época alababan el producto del milagro. Y hasta el eminente doctor Gregorio Marañón reconocía al director médico del balneario, Timoteo Santos Revuelta, las bondades que las aguas habían producido en pacientes a los que envió el galeno madrileño.

Prestigio

A la majestuosidad del balneario se une la reconocida calidad medicinal del agua de Corconte. Tal es su potencial y su reconocimiento que las botellas -de cristal- se vendían en las farmacias de toda España. Una marca de primera. Desde su construcción en 1922 y hasta el inicio de la Guerra Civil en julio de 1936 fue cuando Corconte alcanzó su esplendor.

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El arquitecto cántabro Valentín Lavín del Noval realizó los planos según los cuales se edificó el balneario. Contaba con cien habitaciones que para la época resultaban de gran lujo: electricidad, agua corriente caliente y fría, y algunas habitaciones con baño.

Era además de ese lugar mágico para disfrutar, un centro de empleo para los vecinos de Valdebezana y de Campoó. Había que construir viviendas para los trabajadores. De hecho se creó un pequeño poblado frente al balneario, casi un pueblo adherido antes de llegar al centro de la localidad, fonde estaba la residencia del encargado.

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El agua burgalesa, ingerida, daba una rápida respuesta a las enfermedades del riñón, sobre todo la litiasis (cálculos renales), cistitis, ciertos tipos de nefritis y otras dolencias. Es agua tonificante y ayuda a regular el nivel de la bilis.

La fama de las aguas del norte de Burgos les llevó a personajes ilustres del siglo XX a acudir a tomarlas a este lugar tan enigmático. El rey Alfonso XIII fue uno de ellos. Llegó a Corconte informado de las bondades de sus aguas. Durante varios años pasó etapas de su reinado en suelo cántabro-burgalés para disfrutar y pasear por sus inmediaciones. Y el que fuera presidente del Gobierno de España, Antonio Maura, también estuvo en Corconte.

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El conde de Ciano, cuñado de Mussolini, fue otro de los que disfrutaron de las aguas en 1939. Y hay constancia de la presencia de este poderoso ministro italiano porque allí dejó estampada su firma; Ciano se acercó hasta el balneario después de inaugurar la conocida como pirámide de los italianos.

Y uno de los soldados italianos, Guglielmo Sandri, fotografió detalles desconocidos de Corconte que se custodian en el archivo de Bolzano, en el Alto Adige, en Italia. También tuvo sus momentos oscuros como cuando fue objeto de lucha entre los dos bandos en la Guerra Civil; un edificio que fue cuartel general de los republicanos y de los sublevados. Ni unos ni otros demostraron respeto por un lugar tan especial.

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Hoy, algunos de sus salones permanecen como hace un siglo. Y la calidad del agua y los cuidados del balneario sólo han hecho que aumentar con modernas instalaciones que conviven con el añejo sabor del más tradicional lugar que tuvo su origen en el milagro del agua que da vida nueva a quien la bebe.

Imagen del embalse desde el puerto de El Escudo. JCR

Fuerzas telúricas entre el Ebro y el Escudo

No existen las casualidades. Siempre las cosas ocurren por algo. El significado que tiene el río Ebro en todas las culturas que han poblado la Península Ibérica es especial, y en su curso hay un curioso cruce de fuerzas sobrenaturales. Fuerzas telúricas que ya se dan en su nacimiento, cerca de Reinosa, en Fontibre que en su etimología es 'la fuente del Ebro'.

En Fontibre, el Ebro surge del fondo de la tierra, pero en realidad es donde renace porque junta allí las aguas de los manantiales que nacen en las inmediaciones del Pico Tres Mares y renacen en las fuentes del Ebro, muy cerca de Corconte, el embalse del Ebro y los pasos francos de montaña de la meseta hacia el Cantábrico

El significado del Pico Tres Mares también es muy especial y, aunque está entre Palencia y Cantabria, en el Alto Campoo, guarda una especial relación con la provincia. Recibe ese nombre porque de sus tres vertientes nacen tres ríos: el Ebro, que muere en el Mediterráneo; el Nansa que desemboca en el Cantábrico; y el Pisuerga es afluente del Duero y se va al océano Atlántico.

Y la provincia de Burgos es tan especial que también ofrece sus aguas al Cantábrico desde el Cadagua que alimenta el Nervión; vierte al Mediterráneo con el Ebro y sus afluentes; y al Atlántico por el Duero y toda su cuenca.

Pero volviendo al Ebro y sus misterios, su embalse guarda muchísimo secretos que quedaron inundados en el mar interior del norte de Burgos. Decenas de sueños han quedado impregnados en las paredes de piedra de los templos y casas anegadas por sus aguas. Los primeros kilómetros del Ebro en Burgos son tan saltarines.

El río rasga valles, serpentea entre montañas, se remansa en presas y se precipita tras sus muros en la presa de Arroyo, el embalse de Arija; al descender por todos sus valles se va muriendo para dar vida a las huertas de Burgos, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña, en especial el Deltebre, un vergel.

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