El séxtuple crimen que conmocionó a Burgos

La historia del crimen es, sin duda, espeluznante. En ella se mezclan la venganza pasional, la sangre fría y el odio de Juan Medina Gordillo, apodado 'El Francés', protagonista de uno de los sucesos que mayor impacto ha causado en la provincia de Burgos en su historia reciente.

Juan Medina, natural de La Línea de la Concepción, se ganó su apodo tras emigrar a Francia en su juventud. Según cuentan las crónicas de la época, en la capital gala conoció a Inocencia, una mujer procedente de San Millán de Lara que también había emigrado en busca de un futuro que en tierras burgalesas no parecía encontrar. Se enamoraron, se casaron y tuvieron un hijo. Sin embargo, aquella relación acabó en separación. Eso sí, 'El Francés' siguió en contacto con Inocencia, su hijo y la familia de ésta, hasta el punto que, una vez regresó a España, se trasladó a San Millán de Lara. Y no sólo al pueblo de su familia política, sino a su propio hogar.

A pesar de la separación, su suegra le abrió las puertas de su casa y durante una década vivió bajo su techo. Y lo hizo, según relataban entonces los propios vecinos de la localidad, sin trabajar. Y es que, todos coincidían en que Juan Medina sólo tenía alguna ocupación puntual para ganarse el pan.

Según relataban los testigos, tras años viviendo en el hogar de su exsuegra se generaron desavenencias, y después de una discusión con el hermano de su exmujer, Juan Medina abandonó definitivamente aquella casa. No obstante, 'El Francés' continuó viviendo en el pueblo, en este caso bajo el techo de la familia Delgado Juez, un matrimonio con cinco hijos que, de nuevo, le abrió las puertas de su casa. El padre de aquella familia, Amancio Delgado, era pastor, y pasaba largas jornadas fuera del hogar cuidando el rebaño, lo que dejaba al 'Francés' mucho tiempo en compañía de sus hijos, incluida Maria del Carmen, por la que al parecer el homicida comenzó a sentir una fuerte atracción a pesar de la diferencia de edad.

Tiempo después, la propia María del Carmen, su hermana Rosa y su hermano Antonio, se trasladaron a la capital provincial, donde alquilaron una vivienda en el quinto piso del 177 de la calle Vitoria, a escasos metros de otra vivienda situada en el 171 propiedad de 'El Francés', que mantendría así la cercanía a los muchachos, a pesar de que éstos comenzaban poco a poco a romper algunos lazos.

De hecho, María del Carmen se echó novio. Al parecer, Juan Medina rechazó auqella relación y a principios de abril de 1996 llegó a amenazarla a ella y a su pareja. Tal y como explicaron después fuentes policiales, la muchacha denunció y 'El Francés' fue detenido, pero posteriormente fue puesto en libertad al carecer de antecedentes. Aquel suceso fue, sin duda, el aviso de la tragedia que acontecería meses más tarde.

Una tragedia que finalmente se desencadenó el 27 de noviembre. Aquel día, según relatan las crónicas, la propia María del Carmen telefoneó a su familia en San Millán, avisando que algo parecía estar cociéndose. Aquella llamada, sin embargo, no evitó el fatal desenlace. Al filo de las cuatro de la tarde, Juan Medina se plantó en casa de los muchachos y, sin mediar palabra, abrió fuego contra los tres con una escopeta de caza de su propiedad -tenía licencia de armas-. María del Carmen (22 años) y Rosa (15) murieron en el cato. Su hermano Antonio (19) lo haría horas después en el Hospital General Yagüe. El homicida actuó rápido; tanto que los vecinos, alertados por las detonaciones y los gritos, no consiguieron verlo. No obstante, su aviso puso en marcha un amplio dispositivo policial en Gamonal.

La posterior reconstrucción del crimen permitió conocer que tras asesinar a los muchachos, 'El Francés' se desplazó hasta su propio piso en Gamonal, situado a escasos metros. Posteriormente se subió a su antiguo Citröen Dyane 6 de color azul y se trasladó hasta San Millán de Lara, donde continuaría con su locura homicida.

Nada más llegar a la localidad, enfiló hacia la casa de su exsuegra, Antonia de la Torre, de 90 años de edad. Quiso la casualidad que en aquel momento, la mujer estuviera acompañada en la cocina del domicilio por Juliana Juez, madre de los tres muchachos que acababa de asesinar. Sin apenas tiempo para reaccionar, Juan Medina asesinó a ambas de un sólo disparo. Las crónicas explican que murieron abrazadas.

Acto seguido se fue en busca de su excuñada Ángela, a quien también disparó. La mujer quedó malherida, y fue encontrada agonizando por unos vecinos que se encontraban en la zona. Ellos contarían luego que la mujer dijo entre susurros: «mi cuñado me ha matado». Efectivamente, Ángela perdería la vida horas después en el hospital.

Para entonces, la tragedia estaba consumada, aunque podría haber sido incluso peor. Según cuentan las crónicas, tras disparar a su excuñada, 'El Francés' se fue en busca de su también excuñado Antonio. Al no encontrarle, y viéndose ya acorralado por el dispositivo policial desplegado, el homicida se encerró en su casa de San Millán, se tumbó en la cama y se pegó un tiro en el corazón con la misma escopeta recortada con la que se había llevado la vida de sus tres últimas víctimas.

Así le encontraron los agentes policiales al filo de las siete de la tarde, cuando ya todo el pueblo conocía la magnitud de un suceso. Junto al cuerpo sin vida del homicida, los agentes también encontraron alrededor de 200 cartuchos de bala y postas.

Las seis víctimas mortales de 'El Francés' descansan hoy en el camposanto de San Millán; por su parte, el cuerpo del homicida fue reclamado por su madre al negarse los vecinos de la localidad burgalesa a enterrarle allí y recibió sepultura días después en el cementerio de La Línea de la Concepción.