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La madrugada del 7 de junio de 2004 un matrimonio y su hijo de doce años fueron asesinados brutalmente en su domicilio de Burgos. El hijo mayor fue el único superviviente y, casi 18 años después, el triple crimen sigue sin resolverHan pasado casi 18 años pero nadie ha olvidado uno de los crímenes más atroces de la crónica negra reciente de España. El 7 de junio de 2004 Burgos se despertaba con la noticia de un triple asesinato. El de un matrimonio y su hijo de doce años que, con 99 puñaladas, habían encontrado la muerte en su domicilio.
Salvador Crisanto Barrio Espinosa, de 53 años; su mujer Julia Dos Ramos Santamarina, de 47; y su hijo Álvaro Barrio Dos Ramos, de 12 años, aparecieron muertos en la madrugada del 7 de junio en su piso de la calle Jesús María Ordoño. La puerta no fue forzada ni presentaba ningún signo visible de violencia. Sin embargo, una vez traspasado el umbral la escena del crimen era dantesca. La investigación sigue abierta, al cargo permanece la Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) que asumió el mando cogiendo el relevo a la comandancia burgalesa.
Aunque las últimas pesquisas están centradas en un vecino de La Parte de Bureba, el pueblo del padre asesinado, la familia materna del único superviviente cree que el asesino fue el propio Rodrigo Barrio. Sin embargo, en febrero de 2022 este crimen continúa sin resolver.
El asesino no forzó la puerta de entrada, por lo que los investigadores dedujeron que este tenía llaves o que las víctimas le abrieron porque podrían conocerle. Las únicas pruebas que hallaron en el escenario del crímen fueron una huella ensangrentada de una zapatilla del número 42 y varias colillas de cigarros en la azotea. Ningún vecino fue testigo de nada.
El padre murió tras 50 puñaladas y lo encontraron debajo la mesa de la cocina, los investigadores creen que pudo ser la primera víctima. Después, la madre, a la que degollaron y asestaron 17 puñaladas. Y el último, el hijo pequeño, al que propinaron 32 puñaladas. Solo un miembro de la familia sobrevivió, el primogénito de la pareja, Rodrigo, que tenía 16 años y que estudiaba en un internado de los hermanos gabrielistas de La Aguilera, en Aranda de Duero.
En 2007 detuvieron a Rodrigo Barrio Dos Ramos, el hijo mayor del matrimonio al considerar que era el asesino y que actuó movido por los celos enfermizos que sentía hacia su hermano pequeño. Según las investigaciones, Rodrigo habría cogido un coche del centro en el que permanecía interno, habría conducido durante un trayecto de unos 45 minutos hasta su casa de Burgos a pesar de ser menor, asesinado a su familia y vuelto al colegio. Su número de pie coincidía con la huella del asesino y hallaron dibujos suyos representando a personas degolladas, pero no se halló nada más concluyente y fue puesto en libertad.
En marzo de 2005 un vecino del pueblo del padre de familia asesinado fue detenido como autor de pintadas ofensivas en su lápida. Y aunque la Policía registró su casa y le tomó declaración a los tres días quedó en libertad. Ángel Ruiz, 'Angelillo', como le conocían en el pueblo, tenía coartada y no calza un 42.
La Policía Científica de Orense realizaba en julio de 2021 una inspección ocular al vehículo de Salvador Barrio, el padre asesinado, coche incautado como prueba hace 18 años y que se encuentra en la capital orensana. No ha trascendido ningún resultado de estas nuevas pruebas realizadas el pasado verano.
En diciembre de 2021 la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta registraba en La Parte de Bureba un garaje, varios chamizos y dos corrales del principal sospechoso del asesinato de los Barrio: «Nuestra única vía de investigación es la de Ángel Ruiz». El responsable de la investigación reconocía que no habían hallado «nada relevante» y no han trascendido los resultados de los registros.
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Abel Verano, Lidia Carvajal y Lidia Carvajal
Mikel Labastida y Leticia Aróstegui (diseño)
José A. González y Álex Sánchez
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