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Cometas del 'Prodigiorum Ac Ostentorum Chronicon', el bestiario de Conrad Lycosthenes. BC
Burgos Misteriosa

La bola de fuego que arrasó cien casas en Burgos

Solo hay preguntas y muy pocas respuestas para determinar qué ocurrió en Burgos en el año 942. Una gran bola de fuego llegada del mar arrasó el norte de la Península. De Burgos hay crónicas, de otros lugares, no

Sábado, 6 de abril 2024, 09:22

¿Qué fue la llama que se levantó del mar océano, un 1 de julio del año 942 y atravesando montes y montañas y prolongada distancia habrá en la ciudad de Burgos y en casas, haciendas y vieron muchas personas? Las crónicas dicen que fue ... el incendio de las cien casas.

No hay respuesta cierta a esta pregunta que tiene aspecto de historia fantástica, aunque como reseña Juan de Albarellos, en Efemérides Burgalesas, «esta inverosímil noticia fue confirmada en el Crónicon sacado de la Calenda de la antigua Catedral de Burgos», que también habla de una llama que saliendo del mar abrazó varias villas y lugares. La primera referencia está tomada del Atlas mayor o geografía Blaviana, publicada en Ámsterdam en 1672 que habla de Burgos en esas palabras.

Por su parte, el Crónicon fue escrito a principios del siglo XIII y las memorias antiguas de Cardeña compuestas después del Crónicon y posteriores como en un siglo a la Calenda dicen textualmente como recoge Juan Albarellos: «era entonces día sábado a la hora de nona» cuando salió «flama del mar e incendió muchas villas y ciudades y homes y bestias en este mismo mar, encendido».

Burgos Misteriosa

Y cita a la ciudad de «Zamora, un barrio en Castrojeriz y en Burgos cien casas y en Briviesca, en la Calzada y en Pancorbo y en Belorado y en otras muchas villas».

La respuesta no es sencilla. Es más, dada la época, de ocurrir lo que se cuenta en las crónicas, la población bien pudo suponer que esa llama pudiera ser un castigo divino por a saber qué males acontecieran.

Añibarro

Por su parte Martínez Añibarro, dice Albarellos, que al citar el suceso en su obra 'Datos sueltos y documentos relativos a la antigua Burgos', desmitifica el suceso «al hablar de la imposibilidad racional de este acontecimiento».

Ante tales acontecimientos no se pueden elaborar teorías sólidas ya que, a pesar de que el relato está recogido en fuentes diferentes, no hay manera crítica de elaborar al menos una hipótesis plausible, o al menos verificada. Al investigar este suceso, entonces, ¿hacia dónde hay que encaminar las hipótesis?

Al menos, en siglos posteriores cuando se veía un fenómeno de este tipo o se experimentaba algo similar, se podía determinar a través de la experiencia anterior o por medio de la ciencia conocida e indiscutible, que aquel fenómeno podría ser un meteorito que entró incandescente en la atmósfera o simplemente un devastador incendio.

También se apunta que unida a la idea del fuego, se produjera un fantástico eclipse de sol similar al que Burgos vivirá en agosto de 2026. Es muy probable, apuntan fuentes históricas a que en esos días hubiese Burgos algún incendio que la población general lo atribuyese a causas divinas o sobrenaturales quizás también por la influencia del terror.

Desfigurada

Aquí entra el imaginario popular y la leyenda transmitida de generación en generación que probablemente desfiguró totalmente la realidad. La llama que salió del mar y recorrió aldeas y ciudades no es más que una metáfora para ahondar en el terror y en el miedo generalizado ante una catástrofe natural.

En este sentido, la ciudad de Burgos vivió catástrofes fundamentalmente provocadas por el agua inundaciones en los años 1296, 1527, 1599, 1769, 1775 y 1874

La ciudad ha vivido también falsas pestes en 1565 por efecto del pánico, un huracán en el incendio de la catedral, el incendio del Castillo y las consecuencias del terremoto de Lisboa, así como el incendio del palacio arzobispal

¿Dónde radica la verdad y donde la imaginación? Es también difícil de determinar. No hay certezas y las pocas que hay quizá estén encriptadas en a saber qué secretos.

En la historia de la ciudad de Burgos y de su provincia hay decenas de fenómenos, si no paranormales de este tipo. Es el caso de los acontecimientos desencadenados por apariciones extrañas en el cielo. Las detalladísimas descripciones de estas visiones dan pie a pensar que hay algo más allá de la explicación racional.

El acontecimiento más singular tuvo lugar los últimos días de diciembre de 1664. José de Arriaga, cronista de la ciudad en esa época, fue testigo directo de varios avistamientos extraños, desde el 27 de diciembre hasta el 31; pero hubo testigos desde el 20 de diciembre.

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