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Aldo Linares es un hombre sencillo, «lleno de dudas», lo que da cuenta de su humildad. Tiene el don, la facultad, de establecer contacto con una realidad, quizá paralela a la nuestra, en la que su sensibilidad es capaz de captar presencias más allá de ... los parámetros con los que quienes vivimos en la realidad tangible, la del día a día, somos capaces de ver o sentir. Aldo Linares ha vivido desde niño en esa frontera. Ve «personas, no ángeles ni otros seres de luz»; quizá por eso su comunicación es más íntima.
Forma parte del Grupo Hepta, el colectivo más importante que existe en España que estudia fenómenos que todavía no tiene explicación. Aldo Linares tiene un especial sentimiento de cercanía y complicidad con la fallecida Paloma Navarrete. Con ella ha compartido experiencias de todo tipo, pero sobre todo humanas: «tomar algo tras una investigación nos reconfortaba porque hablo mucho y me da mucha sed».
Los días 22 y 23 de julio estuvo en Pancorbo, de la mano del investigador y escritor Juanjo López, y participó y explicó su experiencias en las I Jornadas de Misterio. Al pie de la enigmática iglesia de Santiago, atendió a Burgos Misteriosa.
¿Cómo vive usted el fenómeno paranormal, parasíquico?
Pues yo lo vivo con naturalidad, pero al mismo tiempo lo vivo con sorpresa, porque no me deja de sorprender, porque no dejo de pensar que soy un ser humano al que le ocurre una circunstancia. Yo digo que es un proceso psicobiológico que conecta con algo mucho más deslumbrante, más mágico, más especial, grande. Pero que por algún motivo mi biología, mi psique, conectan con eso. Pero lo vivo con agradecimiento. A mí, desde pequeño, me interesaban mucho todas estas cosas, y eso me ha hecho ver la vida de una forma un poco más bonita, por decirlo de algún modo. Entonces lo vivo con sorpresa, lo vivo con deslumbramiento, pero también con cautela.
¿Cómo definiría un fenómeno de este tipo?
Pues en mi caso como un estado psicobiológico que conecta con una mayor amplitud de realidad y con parcelas que son desconocidas ahora, pero por una limitación física, por la limitación que tenemos nosotros como humanos. Creo que la realidad es más de lo que nosotros vemos, de lo que pensamos, de lo que consideramos porque estamos acostumbrados a verla bajo los parámetros que tenemos. La parapsicología es una serie de estudios que tiene que ver con fenómenos que todavía no tiene explicación y que estudia mucho lo que es el más acá también. Creo que es un momento para mí interesante porque yo también estoy buscando respuestas. Es un fenómeno alucinante, todo esto es algo extraño, es interesante, pero es algo que me hace reflexionar muchísimo, me hace filosofar conmigo mismo muchísimo.
¿Qué es lo que percibe? ¿Cómo lo trabaja?
Las películas son muy bonitas porque son películas, pero siempre digo que mi realidad es lo único que yo puedo ofrecer de manera fehaciente porque es la que vivo todos los días y porque ya me acostumbré a tener un sentido crítico conmigo mismo; entonces intento plantearme las cosas de esa forma y lo que yo percibo, lo que capto, está muy condicionado también por mis propios sentidos por mi cerebro, por mi visión. Yo veo personas, como te veo a ti. Nunca he visto ángeles, nunca he visto seres de luz, nunca he visto... Salvo en dos ocasiones que he visto cosas que me han roto los esquemas por completo; que no sé qué son exactamente, pero que sé que me han hecho pensar que la vida es más de lo que yo creo. Mi realidad de percepción está conectada, al parecer y siempre digo al parecer porque nunca puedo asegurar, con esa otra realidad.
¿Cómo percibe las presencias?
Cuanto más vives esto te das cuenta de que sabes menos; es como yo me siento. Cuando la gente me dice 'me encantaría vivir lo que tú vives', lo primero que digo es no, no te gustaría, no te gustaría porque la gente siempre se imagina que todo es como un camino de rosas y no es así. Soy una persona que vive constantemente con preguntas; y por eso mi imaginación muchas veces es tan activa. Es curioso cuando me hacen exámenes del cerebro, el lóbulo que se activa para todo esto es el de la observación, no el de la invención, no el de la imaginación.
¿Vive entonces con la duda constante?
He aprendido a vivir con la constante presencia de la duda. Pero porque soyel primero que dudo de todo. Yo creo que he aprendido a vivirlo.
¿Como se vive en la frontera de la ciencia y el misterio?
Para mí es importante, y cuando se me hicieron las pruebas, que te juro, y lo comento mucho, yo pasé miedo, porque desde pequeño quería saber lo que pasaba con mi cerebro, lo que ocurría en mí, pero claro, otra cosa es cuando te ponen en una máquina estas y te dicen, ¿sabes que estas máquinas también detectaban patologías o tumores? Y pensé, vale, ¿y si me detectan un tumor?, ¿qué pasa conmigo? Cuando tú vives estas cosas, es inevitable que no te plantees cosas y sentir esa pulsión de decir, ¿y ahora qué? Querer saber qué te pasa, ¿no? Pero al mismo tiempo, y aunque pueda parecer contradictorio, yo quiero saber qué ocurre.
¿Hay algo a alguien que trasciende al ser humano?
Sé que hay algo ahí y que a lo largo de la historia ha sido visto como superchería, primitivismo, lo que sea, hay algo, o folclore … hay algo ahí que tiene algo especial. Lo que pasa es que, claro, nosotros somos los que tergiversamos las cosas, pero hay algo ahí, hay un sentido a esa evolución que está ahí.
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Julio César Rico
Ha sido un sensitivo desde niño, ¿cómo entiende su don?
Lo entiendo como yo, como Aldo, y para mí eso es un enigma, porque imagínate un niño en el Perú de los años 70 llamándose Aldo; era muy extraño, entonces yo pensaba ¿por qué rayos me han puesto ese nombre? Y a día de hoy yo me pregunto, ¿qué es Aldo? ¿Por qué? ¿Quién soy realmente? Porque claro, es un nombre que me han puesto. Cuando me miro en el espejo, de verdad, yo me pregunto, digo, ¿pero quién eres? ¿Por qué a ti? ¿Por qué? No lo sé.
Siempre digo que soy una hormiguita, pero cuando eres adolescente te crees un pavo real. Cuando tienes 25 años te crees un halcón, pero llega un momento en tu vida en que te vas dando cuenta que siendo una hormiguita vas a llegar mucho más rápido y que el halcón que está ahí intentando rapiñar...
Tiene unas facultades descubiertas desde pequeño, ¿se nace con ellas, se educan o surgen de manera espontánea?
Lo que yo conozco creo que se nace con esto. La semilla está ahí. Luego se pueden hacer injertos a la planta, creo que se pueden hacer determinadas cosillas, pero en mi caso nací con esto y creo que lo fui educando poco a poco pero lo fui educando por supervivencia, sabes, porque yo quería ser un chaval normal, cuando tenía 13 años yo me quería enamorar, quería ir a fiestas, a conciertos, yo no quería que me pasase esto, porque yo sabía que socialmente iba a ser muy incómodo y porque socialmente iba a ser visto como el raro, el mentiroso, el fabulador y claro, yo era hijo único, entonces siendo hijo único la pulsión era mayor el hecho de decir, ¿cómo me enfrento a una realidad que ni siquiera sé cómo traducir? Entonces, a día de hoy todo cuanto estoy viviendo, sintiendo, experimentando, me hace pensar que hay una... Más que una facultad, es una circunstancia que me ocurre y que yo puedo controlar, que puedo trabajar, pero con disciplina, porque no existe esa megailuminación. Si no hay una disciplina, todos va al garete.
¿Cómo se da cuenta de que surge el momento?
A mí lo que me ocurre es... como cuando estás en un sitio y hueles los perfumes, pero no miras a la persona. Esto es algo parecido. Yo, digamos, siempre digo que abro y cierro la llave. Y al abrir y cerrar la llave; tengo que estar atento a lo que estoy pero cuando estoy en las investigaciones con Conecta o con Cuarto Milenio, lo que hago es que abro la llave para estar ya atento a lo que yo llamo mirar para ver, que son mis palabritas que uso conmigo mismo, ¿sabes? Y entonces, lo que soy yo paso a un segundo plano porque en realidad lo que a mí me ocurre es que yo soy como un teléfono, nada más. Soy como un intercomunicador, intermediario entre una realidad y otra, ¿no? Pero yo no me despersonalizo, no pierdo la noción de mí mismo, no. Lo único que hago es que paso a un segundo plano para que esos paquetes de información por lo menos de un modo o de otro llegan y que de una forma o otra el emisor y el receptor reciben el mensaje entonces el teléfono tiene que estar en buenas condiciones y sé que suena muy de distracción pero ya a lo mejor con el tiempo cada persona va desarrollando una nueva manera de hacer las cosas porque yo sé que soy una persona...antes era una persona muy distraída y ya con el tiempo me he dado cuenta que estar atento y estar concentrado es importante cuando quieres hacer algo bien.
No sé cuáles son las leyes que hay en eso, pero sí que hay unas leyes y sé que hay unas leyes físicas que son distintas a las nuestras. Entonces sé, porque me he dado cuenta cuando, con el paso el tiempo que hay una posición distinta. A mí me ha tocado esto, y estoy agradecido porque es un momento en el cual yo me puedo expresar y puedo hablar contigo, pero es que hace 300 años probablemente me hubieran apaleado… hubiese sido un brujo. O si hubiese sido un tonto redomado igual ahora estaría con una secta y estaría diciendo que hubo el cáncer con la mediunidad.
Yo soy una persona normal que me ocurre esto, pero que de una forma u otra pues si me ha tocado vivir situaciones que son raras y sé que son raras porque sé que es difícil de creer esto, pero está ahí.
Hace un año fallecía Paloma Navarrete, quizás el referente en tu campo más importante. ¿Que ha aprendido de ella y del Grupo Hepta?
A plantarle la cara al miedo. El miedo ya es una cosa que no tengo pero con Paloma aprendí que el miedo a la inseguridad en estas cosas es... Hay que hay que cambiarle el tono porque no es una cuestión de miedo a la inseguridad, es tener respeto a la inseguridad, que es otra cosa, ¿no? Entonces, creo que aprendí mucho con ella de eso y aprendí a reírme bien de mí mismo también. Es que yo siempre he sido muy de reírme bien de mí mismo, pero con ella nos reíamos mucho, teníamos muchas bromas, muchos guiños privados y aprendí mucho de eso, ¿sabes? Y también aprendí una cosa que en su momento yo pensaba que era un poco rara, ¿no? Después de las investigaciones, pues a mí me da sed y mucha gente pensaba que me da sed porque se me consume la energía y todo eso. No, me da sed porque hablo mucho, nada más, no hay otra, ¿sabes? Entonces cuando estaba más feliz que luego, pues de las investigaciones nos íbamos a tomar una copa y hablábamos de investigación y hablábamos de mil cosas más.
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