La revisión de convenios se cerró en 2022 con alzas salariales del 1,65 % en Burgos

Así, los autores del informe han analizado un total de 47 convenios, los cuales afectaban a 3.820 empresas y 34.284 trabajadores. De media, los aumentos salariales se situaron en el 1,65 %, un índice muy alejado al del IPC y sensiblemente inferior al reflejado en Castilla y León (2,36 %) y en el conjunto del territorio nacional (2,64 %).

Además, la fotografía de situación difiere sensiblemente si se atiende a la naturaleza del convenio en sí. Y es que, los trabajadores afectados por convenios de empresa cerraron 2022 con incrementos salariales medios del 2,32 %, un índice que, en este caso, sí se ajusta más a la realidad del conjunto del país, donde este tipo de convenios se incrementaron de media un 2,94 %. En el caso de Castilla y León, este tipo de pactos se tradujeron en aumentos salariales del 2,2 %.

Sin embargo, el impacto de los convenios de empresa en el cálculo general es menor. Y es que, a pesar de ser más en cantidad (38), afectan a un número de trabajadores mucho más reducido (4.784) que los convenios sectoriales (29.546), que contemplan incrementos salariales mucho más contenidos. Así, y a pesar de que algunos de ellos están vinculados al IPC, como es el caso del Metal, los convenios colectivos de Burgos cerraron 2022 con aumentos de sueldo del 1,55 % de media, muy alejados de los índices autonómico (2,37 %) y nacional (2,62 %).

Se trata, en todos los casos, de aumentos salariales muy alejados al incremento de los precios registrado en los últimos meses. Eso sí, desde los sindicatos se puntualiza que este desequilibrio no es nuevo. «Desde 2008, los trabajadores han hecho unos esfuerzos enormes» para «garantizar la viabilidad de las empresas», lo que se ha traducido en una paulatina «pérdida del poder adquisitivo», asegura Pablo Dionisio Fraile, secretario provincial de UGT.

El mismo discurso mantiene al respecto su homólogo en CC OO, Juan Núñez, quien insiste en que la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores «no es puntual», ni responde a la actual coyuntura internacional. Esta, subraya, lo único que ha conseguido es agravar la situación.

Así, los responsables de los dos sindicatos mayoritarios en Burgos coinciden en la necesidad de revisar al alza el conjunto de los salarios. «No podemos permitir que exista la figura del trabajador pobre», subraya Fraile, quien añade que aumentar los salarios repercutirá directamente en «el conjunto de la sociedad», ya que incentivará el consumo interno, uno de los factores que mayores dudas está generando en la actualidad.

Ese será, sin duda, el principal caballo de batalla de los sindicatos de cara a la negociación de los próximos convenios. A este respecto, tanto Fraile como Núñez aventuran meses «complicados». Y es que, cuando las familias no pueden hacer frente a la subida de precios, «la conflictividad social llama a la puerta», resume el secretario de CC OO. «No queda otra opción», añade Fraile confiando en la capacidad de «acuerdo» entre los diferentes agentes sociales. «Todos debemos ser responsables», tanto sindicatos como patronal, afirma.

Sea como fuere, ambos destacan el positivo impacto que esperan que tenga el incremento del salario mínimo interprofesional en Burgos, tanto de manera directa como indirecta. Evidentemente, la última subida del 8 % beneficiará a los trabajadores «más precarios» de manera inmediata, pero la «lógica» dice que a medio plazo también debería servir de estímulo para aumentar los salarios de categorías superiores.