La renta agraria de Burgos crece un 16% en 2022 impulsada por la subida de precios

Y eso a pesar de que la cosecha, en general, fue mucho peor que la de 2021 en casi todos los tipos de cultivos. Así, la producción de trigo y cebada, los dos grandes pilares del sector agrícola de Burgos, se redujo en un 36,6% y un 24,81%. También cayó la producción de forrajes (-26,5%), girasol (-11,3%) o uva (-4,5%).

De hecho, la producción sólo se incrementó en frutas (+55,3%) y en hortalizas (+13,99%), unos crecimientos del todo insuficientes como para compensar la caída de la producción agraria general, que acabó superando por poco los 2 millones de toneladas, un 27% menos que el año anterior.

Lo que sí ha compensado, y con creces, el descenso de la producción agrícola es el fuerte incremento de precios vivido a lo largo del ejercicio. Algunos productos como la patata han registrado aumentos de más del 100% del precio, mientras el valor del trigo y la cebada se movía en incrementos cercanos al 50%. Esa circunstancia ha permitido que la renta del subsector agrícola cierre el ejercicio con un valor de 671,2 millones de euros, un 9% más que en 2021.

Por su parte, el subsector ganadero también se ha visto condicionado por ese incremento de precios (entre el 4% y el 68% según producto), que en este caso sí ha venido acompañado de un ligero repunte en la producción, sobre todo de carnes y huevos. La coincidencia de ambos factores ha permitido que la ganadería cierre el ejercicio con un valor de producción de 453,1 millones de euros, lo que supone un 26,78% más que el año pasado y marca un nuevo récord.

Sin embargo, el buen resultado económico del año ha de ser cogido con pinzas. Y es que, el significativo incremento de los precios registrado en los últimos meses es consecuencia directa del sustancial aumento de los costes de producción, con los carburantes, fertilizantes y abonos por las nubes a consecuencia de la inflación derivada de la guerra en Ucrania. Así, y sin tener en cuenta las ayudas de la PAC, el margen de beneficios de agricultores y ganaderos no ha reflejado la misma tendencia que su facturación total.