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Las previsiones parecen cumplirse. La falta de lluvia en mayo y junio, una sequía que se ha alargado en el tiempo, unida a las olas de calor tan tempranas hacían prever una caída en la producción de cereal en la provincia de Burgos para este ... 2022. A falta de datos oficiales, que se conocerán en el mes de septiembre, cuando todo el producto haya sido recogido y almacenado, las organizaciones agrarias estiman que la caída de la producción para esta campaña en la provincia ha sido del 40 por ciento. «En algunas zonas puede alcanzar el 60 por ciento de menos producción en comparación con el año pasado», confirma Gabriel Delgado, secretario provincial de UPA.
La cosecha de trigo y cebada de este 2022 se sitúa en unos 1,1 millones de kilos, lo que supone un 40 por ciento menos que la del año 2021. Se ha pasado de recoger unos 4.000 kilos por hectárea en temporadas anteriores como la del 2013 a no llegar a los 3.000 actualmente.
A esta caída de la producción se suma otro inconveniente y es que la calidad del cereal es también peor. «La poca lluvia y el exceso de calor ha dejado un trigo y una cebada de poco peso y peor calidad», confirma Susana Pardo, presidenta provincial de UCCL.
Las olas de calor que sufrió el campo y la provincia en mayo y junio, tan tempranas, y la ausencia de lluvias llevaron a que las espigas se secaran muy pronto. «Lo que hace la planta en estas condiciones es ralentizar su crecimiento, busca morir antes para sobrevivir para el año siguiente», explica Pardo. El calor ha adelantado el ciclo y ha hecho que el cereal mengüe. Al tener menos peso es también de peor calidad.
Eso sí, ha sido peor cosecha para el trigo que para la cebada. La cebada ha dependido de las producciones tempranas, están han sido un poco mejores, la caída en la producción ha rondado aquí el 30 por ciento. Las producciones tardías de cebada han cogido demasiado sol y poco peso.
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Aythami Pérez Miguel
Delgado reconoce que esperaban una cosecha peor que la del 2021, pero, aún así, «esto no era lo esperado». Como confirma Pardo, aún quedan algunos remates por cosechar debido a los días de parada por las prohibiciones de cosechar por el riesgo de incendio, pero estos no salvarán la cosecha.
Las zonas en las que se ha tenido una peor cosecha en la provincia burgalesa han sido las del Arlanza y la Ribera del Duero, debido a que aquí la sequía ha hecho más daño. La Bureba, zona de cereal por excelencia, también ha notado esta bajada y una de las menos perjudicadas ha sido la comarca de Las Merindades.
Pardo, la presidenta en Burgos de la UCCL, expresa la preocupación del sector primario en la provincia de Burgos, «los costes de producción están disparados y el precio del cereal ha empezado a bajar». Asegura Pardo que los costes de la cosecha de este año se han disparado hasta el doble si comparamos con los del año 2021. Algo que confirma Delgado, secretario provincial de UPA. «El otoño se prevé complicado por el aumento del precio de los insumos. Es una situación preocupante porque esto puede llevar a reducir siembras. Ya estamos viendo que hay ganaderos que tienen que mandar cabezas a matar porque necesitan ingresar y tienen dificultad para mantenerlas», explica Delgado. Porque el pienso que emplean los ganaderos ha subido de precio y debido a la sequía tendrán que empezar antes a usarlo.
Pardo comparte esta preocupación. La perspectiva de más sequías, el aumento de los costes de producción y la incertidumbre sobre el precio del cereal provocan la tormenta perfecta para el abandono del sector primario.
Con una producción menor y de peor calidad, las organizaciones agrarias no se atreven a hacer estimaciones sobre el precio del cereal. «Esperamos que el precio sea digno, pero no nos atrevemos a hacer estimaciones porque hay mucha especulación», asegura Delgado.
Actualmente, el precio del cereal casi duplica el del año 2019. El trigo, según el Observatorio de los precios de los productos agrícolas y ganaderos de Castilla y León, se pagaba a finales de julio a 33,38 euros los 100 kilos, en 2019 se estaba pagando a 18,15 euros los 100 kilos. La cebada, por su parte, se pagaba a finales de julio de este 2022 a31,72 euros los 100 kilos. En 2019 se pagaba a 17,12 euros los 100 kilos. Este precio hace referencia al precio pagado a la salida del almacén del agricultor, sin incluir los gastos de transporte ni subvenciones ni impuestos indirectos.
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