Domingo de éxitos para el deporte burgalés

Con los vecinos del Villa de Aranda pisando fuerte en la cuarta plaza, el cuadro capitalino enfrentaba un partido trampa, con poco que ganar y mucho que perder ante el último clasificado, un Ikasa Boadilla que no consigue levantar el vuelo.

Tras un inicio frío, como el tiempo en Burgos por estas fechas, los de Nacho González mostraron su potencial en una segunda mitad donde supieron aprovechar las superioridades y hacer daño a la contra con goles rápidos para elevar el 28-23 en el marcador, seguir invicto en casa, y cumplir el trámite para mantener el ritmo de la cabeza de la clasificación.

Poco después, sobre las 12:30 horas, el Recoletas Burgos buscaba confirmar el buen momento demostrado frente a Les Abelles en la anterior jornada para mantenerse en la zona noble ante el vigente subcampeón de la División de Honor, el Ampo Ordizia, que ha comenzado un tanto irregular este curso.

La lluvia puso más epicidad si cabe a un auténtico partido de poder a poder en las instalaciones deportivas de San Amaro. Los aficionados gualdinegros se mantuvieron en vilo durante una primera mitad disputada y emocionante en el que el intercambio de golpes mantenía el marcador a un ensayo de diferencia al descanso.

En la reanudación, la tónica se antojaba similar hasta la inferioridad del conjunto guipuzcoano por la tarjeta amarilla mostrada a Oier Goia y la conversión en los minutos posteriores de un golpe de castigo y un ensayo de Facundo López que Zabalegui transformó para dar inicio a un severo y excesivo correctivo impuesto por el cuadro burgalés al Ampo Ordizia para mantenerse sexto en puestos play-off.

Media hora después, la LEB Oro regresaba al Coliseum con el objetivo para el San Pablo Burgos volver a la senda de la victoria y parar los pies a un Guuk Guipuzcoa Basket crecido tras derrotar la jornada previa al parón internacional por la ventana FIBA al hasta entonces invicto y líder de la competición Zunder Palencia.

Los azulones arroparon como siempre desde el graderío del feudo burgalés a los de Paco Olmos, que contaban con la novedad del recién incorporado base esloveno Luka Rupnik para intentar levantar los ánimos después de la dura derrota ante HLA Alicante tras dos prórrogas y la cosechada en tierras andorranas ante Morabanc.

Comenzó con ganas la nueva incorporación del San Pablo Burgos para liderar el juego de los de Paco Olmos ante un conjunto vasco encomendado a la anotación de Justin Jaworski para mantener el ritmo.

El equilibrio se instaló durante la primera parte del encuentro con dos cuartos muy igualados con el principal atractivo desde la línea de 6,75 que dejaron una mínima diferencia al descanso para los burgaleses de 41-39.

La vuelta del paso por vesutarios confirmó la reacción del San Pablo Burgos tras las derrota con Hermanson y Mahalbasic sumándose al liderazgo del nuevo fichaje burgalés. Pero los de Lolo Encinas certificaron su buen momento en el Coliseum levantando la máxima local para endosar un parcial 0-11 y ponerse en ventaja en el electrónico.

Pero los de Paco Olmos no querían dejar escapar más puntos de su fortín y se pusieron las pilas para amarrar el partido en el último tramo del choque con San Miguel y Rupnik ampliando la brecha para certificar la victoria azulona en casa.

Ya por la tarde, con el espectáculo mundialista coleando en el final del Catar-Ecuador inicial, el Tizona recibía en El Plantío a La Antigua Tormes, que buscaba en tierras burgalesas una victoria de lustre para cortar la racha invicta de los de Diego Ocampo.

De principio a fin, el cuadro burgalés ratificó su superioridad a las primeras de cambio con un 11-0 al arranque que permitió a los burgaleses disfrutar jugando el partido y cerrar al descanso un contundente 51-37.

Con esta tendencia, el Tizona fue abriendo brecha con el paso de los minutos y los cuartos de la mano de Dídac Cuevas, Joe Cremo y Abdou Thiam hasta firmar un 96-69 en el que los de El Plantío se quedaron a las puertas de la centena de puntos gracias al encomiable esfuerzo defensivo salmantino.

A las 19 horas, el Burgos CF cerraba la jornada deportiva con un atractivo encuentro en los Campos de Sport de El Sardinero, histórico feudo del Racing de Santander, con la premisa de volver a sentirse imbatibles tras la última derrota ante el Tenerife en El Plantío y la justa victoria por penaltis en el Nuevo Colombino.

Desde el inicio, Calero planteó un choque a medida -como suele hacer- del rival, un cuadro cántabro similar en idea de juego a los pilares que tanto rédito le están reportando a los blanquinegros esta temporada.

Así, como un espejo, ambos conjuntos probaban y anulaban sus armas casi de manera simultánea en una primera entrega sin un gran número de ocasiones claras pero con un cierre superlativo para los intereses burgaleses al detener Caro un penalti decisivo cuando el descanso asomaba en el cronómetro.

La reanudación preveía otro frenético intercambio de golpes, pero el onubense Curro Sánchez tenía otros planes para el partido. En el minuto 68 y tras una transición rápida marca de la casa en la que participaron todos los hombres de ataque, el 16 blanquinegro recibió al borde del área y sacó su zurda para conectar un cañonazo imparable que se coló en la portería del meta local para delirio de la parroquia burgalesista.

De ahí al final, la inteligencia de Calero desde el banquillo para dar oxígenos al equipo y el esfuerzo y compromiso de sus pupilos volvieron a construir el muro defensivo para amarrar los tres puntos, ascender a la segunda plaza, recuperar la licencia para soñar con cosas grandes y culminar un domingo pletórico para el deporte burgalés.

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