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El Burgos CF volvió a levantar el muro en Santander para conquistar El Sardinero en un partido de máxima igualdad en el que la clave fue el acierto en ambas áreas.
La salvadora intervención de Caro, que paró un penalti a Sekou Gassama al filo ... del descanso, y el antológico gol desde fuera del área de Curro Sánchez hicieron la diferencia para un cuadro blanquinegro que supo sufrir y puso de nuevo el candado a su portería tras el traspiés ante el Tenerife.
El cuadro santanderino lo intentó de todas las maneras pero le faltó eficacia y claridad de ideas en un choque en el que ambos conjuntos alternaron la iniciativa en diferentes fases y ganó el que supo aprovecharlas.
Arrancaba el partido en los Campos de Sport de El Sardinero con el Burgos CF organizado en un 5-4-1 con Bermejo como hombre más adelantado, sin delantero centro puro.
La introducción de Raúl Navarro para sobrepoblar el centro del campo burgalés tenía una doble intención: contrarrestar el poderío físico del ariete senegalés del Racing, Sekou Gassama, y aportar mayores opciones en salida de balón para el cuadro blanquinegro.
Con intensidad y sin un dominador claro, el choque se fue asentando en el guión previsto por ambos entrenadores en la previa, dos equipos fuertes en defensa, con juego directo y mucha activación para ganar las segundas jugadas en campo contrario y armar jugadas ofensivas con rapidez.
Racing de Santander
Miquel Parera, Dani Fernández, Rubén, Pol Moreno, Satrústegui (min. 80 Saúl García), Sainz-Maza, Fausto (min. 80 Molina), Mboula (min. 69 Camus), Pombo, Iñigo Vicente (min. 86 Peque) y Sekou Gassama (min. 69 Matheus Aiás)
0
-
1
Burgos CF
Caro, Areso, Aitor Córdoba, Raúl Navarro (min. 65 Mumo), Zabaco, Matos, Elgezabal, Atienza (min. 85 Valcarce), Curro (min. 85 Borja González), Gaspar (min. 75 Mourad) y Bermejo (min. 75 Artola)
Goles 0-1 min. 67, Curro Sánchez
Árbitro Milla Alvéndiz (Cté Andalúz). Amonestó a los locales Pol Moreno e Iñigo Vicente y a los visitantes Aitor Córdoba, Atienza y Mumo. Expulsó al local Sainz-Maza
Además, la entrada del '6' blanquinegro permitía la incorporación por ambas bandas con mayor libertad de dos carrileros largos y pródigos en esfuerzos como Areso y Matos, que buscaban aprovechar la inteligencia de Bermejo, que se dejaba caer para lanzar las transiciones ofensivas con su clarividencia y sus certeros envíos.
Diez minutos tardó el conjunto burgalés en poner peligro real en el partido por medio del balón parado. Un córner ejecutado con mimo desde la derecha encontró la entrada desde atrás de Elgezabal, que no pudo concretar el remate para perforar las redes de Miquel Parera.
Este susto rebajo el ímpetu inicial de los jugadores cántabros y animó a los castellanos a adelantar líneas para sumar más efectivos en sus acciones ofensivas y acular a los locales.
En el minuto 16, los de Romo daban la réplica con la misma fórmula que los visitantes, desde el saque de esquina. Un balón con comba se coló en el punto de penalti y a punto estuvo de colarse en la meta de Caro tras el intento fallido de despeje de Atienza.
Con una ocasión franca para cada equipo, el choque entro en una fase espejo. Ambos conjuntos proponían lo mismo con mucho balón vertical tanto por bajo como por alto para avanzar y la poca elaboración evolucionaba en la falta de concrección en las jugadas de uno y otro conjunto.
Fue sobre el minuto 25 cuando el Racing empezó a inclinar el campo hacia el área de Caro en una situación que, como se ha demostrado durante toda la temporada, no incomoda a los de Calero, acostumbrados a repeler las intentos rivales con solvencia.
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Así, el conjunto santanderino, bajo la dirección de Pombo, empezó a acular en su área al Burgos CF, que no encontraba la manera de desquitarse y salir del agobio local.
Los centros hacía Gassama se sucedían sin encontrar al delantero racinguista, bien controlado por los centrales y encimado en segunda instancia por las solidarias ayudas de los carrileros y mediocentros que son ya una marca registrada del cuadro burgalés.
Los minutos transcurrían mientras los locales, sin alternativas para llevar peligro a las inmediaciones de Caro, bajaron las revoluciones, momento que aprovecharon los de Calero para salir de la cueva y llevar el juego más lejos de su área.
Las posesiones estériles calmaron el frenético ritmo del partido, que fue retomando un orden que a punto estuvo Miquel Parera de romper tras un error en la salida de balón que enmendó más tarde venciendo en el uno contra uno a Gaspar.
Así, con el partido dirmiéndose entre dos equipos poco acostumbrados a llevar la iniciativa, una internada racinguista por banda izquierda acabo con un centro a media altura que impactó en el brazo de Areso en un movimiento tan natural y fortuito como punible según los nuevos criterios -sean los que sean- para sancionar las manos en el fútbol español.
Con el VAR reafirmando la decisión de Milla Alvendiz, Gassama colocó el esférico en el punto de penalti, cogió carrerilla y, chutó raso a la izquierda de la portería burgalesa.
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A nadie sorprendió ver el vuelo del hombre récord bajo palos Churripi Caro hacia ese mismo lado para, en dos tiempos, hacerse con el esférico,, salvar una vez más al Burgos CF y negarle el tanto al ariete senegalés, al que había avisado del destino de ese balón antes de ejecutar la pena máxima.
Con la euforia de la parroquia burgalesista en las gradas de El Sardinero, el colegiado indicó el camino de los vestuarios con empate a cero y todo por decidir después de que el guardameta burgalés demostrase por enésima ocasión la calidad que le ha llevado ser el portero con mayor número de minutos sin encajar en la historia del fútbol español.
Sin modificaciones y con intensidad arrancaba el segundo y decisivo acto del choque en El Sardinero. Ya en los primeros minutos de la reanudación, el Burgos CF presentó sus intenciones a los de Romo con dos llegadas seguidas.
En la primera de ellas, la zaga cántabra desactivó a Curro Sánchez cuando trataba de armar su malévola zurda en el perfil izquierdo del campo. En la segunda, igualmente clara, la mirada del meta santanderino desvió un soberbio zurriagazo de Raúl Navarro desde fuera del área que salió lamiendo el larguero racinguista.
Con estos dos avisos, los de Calero comenzaron a imponer su ley en el encuentro e iniciaron una secuencia de acciones fugaces que terminaron todas en disparos bien desbaratados por un atento Miquel Parera.
La pujanza visitante y la falta de costumbre a la hora de proponer llevaron al Racing a una deriva de balones largos hacia Gassama que solía acabar en las botas de los defensores burgaleses.
Desde ahí, el Burgos CF subía la pelota intentar percutir a través de la movilidad de Curro y Gaspar, que centraban su posición para entrar en juego y dejar el carril libre a las subidas de Matos y Areso.
No en vano, el Racing seguía sumando presencia ofensiva al recuperar el balón y a base de fogonazos, a punto estuvo de desquitarse Sekou Gassama con un académico cabezazo que se marchó haciendo sombra en la escuadra izquierda de la portería defendida por Caro.
El cabezazo del delantero santanderino hizo recobrar el aliento a un Racing que se había visto aculado desde prácticamente el inicio de la segunda parte. Con los de Romo en la labor coger aire tras el acoso burgalés, una galopada 'made in Burgos' en la que participaron todos los hombres de ataque dio con el balón en los pies de Curro.
El centrocampista onubense se la colocó, echo un vistazo al arco de Miquel Parera y soltó un latigazo descomunal que impactó en el larguero, en el suelo y se elevó hasta la parte superior interna de las redes racinguistas para delirio absoluto de los 2.000 hinchas blanquinegros presentes en El Sardinero.
El antológico tanto del 16 del Burgos CF provocó la reacción inmediata del técnico santanderino, que introdujo cambios para tratar de amortiguar el golpe recibido y cimentar la reacción de sus jugadores.
A punto estuvo de salirle la jugada si Fausto Tienza hubiese acertado con el frentazo desde dentro del área pequeña del que dispuso en el minuto 70, apenas tres después de que el cuadro castellano inaugurase el marcardor.
Hizo lo propio Calero desde su área técnica para colocar una referencia arriba como es Mourad y piernas frescas con Artola por el desgastado Bermejo. Mumo también había entrado justo en los instantes previos al tanto burgalés para aportar oxígeno y sacrificio defensivo en el tramo final del choque.
Apretaba el Racing de Santander en busca de la igualada ante los de Calero, que ya habían adoptado las dos líneas de cinco y cuatro bien juntas en defensa sobre las que se cimenta el efectivo muro burgalés.
Le daban vueltas al balón de lado a lado los locales en busca del hueco para colarse en la defensa castellana y llevar peligro a los dominio de un Churripi Caro. Pero en el minuto 88, Sainz-Maza iba fuerte abajo e impactaba con los tacos en el tobillo de Zabaco, acción que tras ser revisada por Alvendiz, significó la expulsión del mediocentro del Racing y abortó cualquier conato local de lograr el empate.
Aún quedaba un último susto para el Burgos CF en El Sardinero con el gol anulado al cuadro local por mano de Matheus Aias previa al contundente remate de Peque dentro del área burgalesa.
Tras siete minutos de añadido, los tres pitidos del trencilla anunciaron el regreso del Burgos CF a la portería a cero, a la senda de la victoria y el ascenso a la segunda plaza -quién lo hubiese dicho al principio de temporada- de Segunda División.
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