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J. Moreno
Madrid
Domingo, 12 de mayo 2024, 15:51
La última edición de Eurovisión será un punto y aparte en la historia del festival por muchos motivos. El primero y, en definitiva el más importante, el ganador. El representante de Suiza, Nemo Mettler (25 años), se alzó con el ansiado micrófono de cristal ... que le catapultó con la victoria en el Malmö Arena. Lo hizo al lograr 591 puntos tras arrasar sin precedentes en el voto del jurado profesional (365 puntos), donde batió un récord al recibir hasta en 22 veces los conocidos como '12 points', la puntuación más alta. Ganó a la favorita de las casas de apuestas, Baby Lasagna, de Croacia, que quedó en segunda posición (547) tras vencer en el televoto. El podio lo cerraron con el tercer puesto las representantes ucranianas, alyona alyona & Jerry Heil.
De esta manera, Nemo se convierte en la primera persona no binaria (que no se identifica ni con el género masculino ni con el femnino) en ganar el festival de la música más importante de la televisión. Precisamente, llegó al concurso europeo con 'The Code', una canción autobiográfica que cuestiona su lugar en el mundo, en la que arranca un viaje introspectivo que baja hasta los infiernos para encontrarse a sí mismo y abraza su identidad no binaria tras cuestionar las normas de género tradicionales, donde descubre que no es ni hombre ni mujer.
En la rueda de prensa posterior a la final de Eurovisión, volvió a denunciar que la organización de la Unión Europea de Radiodifusión (UER) no le dejaba mostrar la bandera de personas de género no binario (no obstante, la sacó, como se pudo ver en pantalla en más de una ocasión) y reivindicó más comprensión. Después de ganar, tropezó en la actuación final y rompió en dos el popular micrófono de cristal. «Si mi trofeo se puede arreglar, quizás Eurovisión también», bromeó.
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Nemo, que volvió a llevar el triunfo en el festival para Suiza tras las victorias de Lys Assia (1956) y Celine Dion (1998), también se refirió a la edición más polémica que se recuerda en Eurovisión, donde incluso se expulsó al representante de Países Bajos por un «comportamiento inadecuado», en una decisión que desde la televisión holandesa calificaron de desproporcionada, o la participación de Israel, con abucheos que la organización ha intentado minimizar y que causó enfado entre otros participantes. «Ha sido una experiencia intensa y no agradable todo el tiempo. No daba la sensación de que todo girara sobre el amor y la música», aseguró. «Quiero que Eurovisión apueste por la paz, pero creo que queda mucho por hacer», añadió.
En un festival ya de por sí salpicado por la política, todos los ojos estaban puestos también en el resultado de Israel. La representante del país hebreo, Eden Golan, fue aupada hasta la quinta posición en la clasificación final gracias al voto del público europeo. Logró 323 votos procedentes del televoto (en total reunió 375 con la suma de los jueces profesionales) y se convirtió en la candidatura más respaldada desde casa después de Croacia. También la audiencia española dio sus '12 points' a Israel.
La presencia de Israel ha provocado momentos tensos y enfados en otras delegaciones, hasta el punto de que un periodista español denunció que fue intimidado por cuatro miembros de la prensa israelí después de que gritara «Free Palestina» tras un ensayo de Golan. La situación obligó a intervenir a RTVE, que pidió a la UER que velara por el respeto a la libertad de prensa y opinión. También la televisión pública belga (la emisión en flamenco) cortó la final de Eurovisión durante la actuación de Israel y emitió un mensaje contra la guerra. Por contra, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, cuestionó que la cadena pública española emita esta edición del festival, que se convirtió «en un acto de propaganda en medio de un genocidio», según denunció en redes.
Pero la gran decepción de la noche fue, sin duda, el resultado del 'Zorra' de Nebulossa en Eurovisión. España volvió a retroceder a sus peores puestos en el festival, al lograr la posición 22, y empeoró en cinco a la candidata del año pasado, Blanca Paloma. «Estamos felices, porque lo que pretendíamos es que la actuación saliera bien», relataron a TVE tras el certamen musical. La canción retumbó en el Malmö Arena y está camino de convertirse en un fenómeno en nuestro país, donde se llegó a incorporar al debate político, con partidarios y detractores. De hecho, el presidente Pedro Sánchez la respaldó. «Entiendo que a la fachosfera le hubiera gustado tener el 'Cara al sol', pero a mí me gustan más este tipo de canciones«, comentó en febrero.
El fenómeno 'Zorra' y la polémica participación de Israel lograron que la retransmisión de Eurovisión 2024 subiera la audiencia respecto al año pasado. Casi 4,9 millones de espectadores y un 41,8% de cuota de pantalla siguieron la final del concurso en La 1 de TVE, en unos números que aumentaron durante el momento de las votaciones, cuyos datos ascendieron a 5,4 millones de seguidores y un 52,1% de 'share'. El año pasado, Blanca Paloma logró captar la atención de 4,8 millones de televidentes y un 39,7%. La edición de Rosa López y su 'Europe's living a celebration' en 2002 sigue siendo la más vista (80,4% de cuota).
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