Hace quince días, un médico de Atención Primaria de Valladolid enviaba un mensaje de 'whatsapp' a sus hermanos. Cosas de familia confinada. Para acabar, sin embargo, contaba que ese día «solo» había atendido a 23 pacientes y que la tendencia era a mejor. Y calculaba ... que para finales de mes las cifras iban a mejorar considerablemente si nada se torcía. Y a pesar de ese optimismo moderado, advertía: «Cuando se abra o suavice el confinamiento debemos seguir con todas las precauciones». Frase que tenía una traducción más pedestre un poco más abajo: «Hay que tratar de evitar contagiarse y que si sucede sea lo más tarde posible. No bajéis la guardia».
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Aythami Pérez Miguel
Gabriel de la Iglesia
Ahora que el Gobierno ha fijado unas primeras fechas de reapertura, el 4 de mayo para salir a pasear y hacer deporte con unos horarios prefijados que se anunciaron hoy y serán una realidad oficial cuando se publiquen en el Boletín del Estado hoy, la primera meta ya está marcada en el calendario. El 11 de mayo.
Ese domingo ya habrá zonas que peudan comenzar con la fase 1. No serán Madrid ni Barcelona, a juzgar por las declaraciones del ministro Illa, que ve a ambas capitales muy lejos de cumplir esos indicadores mínimos que aún se desconocen, pero que el Ministerio ya debe tener en mente. Y es seguro que no serán ninguna de las capitales de Castilla y León ni sus alfoces.
Sin embargo, en la comunidad hay ya 26 zonas que aspiran a alcanzar ese alivio temporal en cuanto se pueda. Son las que ayer conformaban el mapa de 7 días sin casos y que, si son capaces de continuar al mismo ritmo y alcanzar los 14 días, estarían en disposición perfecta de comenzar esa primera fase avanzada de la desescalada.
Lo que pasa es que la felicidad es frágil. Huerta de Rey, en Burgos, se cayó ayer de la lista de los 10 elegidos que el miércoles superaban las dos semanas sin casos nuevos. En el mapa de la Junta de Castilla y León aparecía un '1' delator en el apartado de 'personas enfermas'.
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Aunque también en ese caso hay esperanza.
«Debemos estudiar por qué se dan los casos. Si se dan en una zona en una residencia aislada y confinada, podemos liberar el resto», señalaba Verónica Casado, consejera de Sanidad. Que en una zona básica de salud con 5.000 habitantes, por ejemplo, se registren 10 casos puede ser relevante o no. Si se trata de casos confirmados en una residencia, que están convenientemente supervisados y aislados y sin contacto con el exterior, el resto de la población no debería correr riesgo por relajar las restricciones, siempre y cuando se mantengan las medidas preventivas de distancia e higiene.
Dos de cada tres residencias de mayores se ubican en municipios menores de 5.000 habitantes, y un 27% de los 1.214 centros de mayores, personas con discapacidad y otros similares monitorizados por la Junta tienen actualmente casos positivos confirmados, según los datos de Familia.
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Lo que sigue sin estar claro es si el Gobierno permitirá a las comunidades autónomas realizar esas divisiones en áreas más pequeñas que las provincias. Porque Salvador Illa, ministro de sanidad, parece proclive a ello, pero después compareció en rueda de prensa y explicó que «los especialistas» habían definido la provincia como el territorio mínimo ideal y que hay que ver cómo se restringiría la movilidad entre zonas más pequeñas.Y terció José Luis Ábalos, ministro de Transportes, para advertir de que deberían poder controlarse «las capacidades y los niveles sanitarios y la movilidad» en ese caso.
Eso unido a que los umbrales para definir condiciones siguen sin conocerse lleva a la Junta a plantearse las opciones en un escenario de hipótesis. «Nos falta saber qué se nos va a pedir, como dotación mínima de hospitales, centros, índice de actividad de la enfermedad, incidencia acumulada... Nosotros vamos al escenario más seguro para nosotros, contagios 0 en 14 días», explicaba Francisco Igea.
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Y ante las dudas del Gobierno, quizá mediatizado por la visión de España que se tiene desde una urbe como Madrid, se recuerda que el tejido regional es peculiar. Que un alcalde en una población pequeña, por ejemplo, puede aportar mucho en situaciones como esta, y que se contará con los regidores, diputaciones y subdelegaciones del Gobierno. «Es más fácil controlar cuatro zonas de salud con 20.000 habitantes que una provincia con 250.000», insistió Igea.
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