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Juan Manuel Valentín Tejero, a su salida de la cárcel el 27 de noviembre de 2013. M. Cieza
Valentín Tejero tendrá que cumplir su pena «íntegra» en el caso de ser condenado por abusos

Valentín Tejero tendrá que cumplir su pena «íntegra» en el caso de ser condenado por abusos

El violador de La Victoria inició su carrera delicitiva con 15 años y sumó seis violaciones antes del asesinato de Olga Sangrador

J. Sanz

Valladolid

Sábado, 11 de noviembre 2017

El más que extenso historial delictivo de Juan Manuel Valentín Tejero, que inauguró su negra lista de víctimas cuando contaba con tan solo 15 años, –intentó violar a una niña en 1976–, solo pesaría en una posible condena en el hecho de que tendría que ... cumplirla «íntegra», es decir, sin los beneficios penitenciarios que permitieron al asesino disfrutar de una «libertad absoluta» durante los últimos cuatro años, después de cumplir 21 de los 63 años de condena por la muerte de Olga Sangrador y seis violaciones. Antes ya había sumado hasta media docena de condenas por violación y, de hecho, raptó a la pequeña en Villalón de Campos aquel fatídico 25 de junio de 1992 cuando disfrutaba de un permiso penitenciario. La nueva acusación que pesa sobre él, por abusos sexuales a una menor, supondría una pena de hasta tres años. Esta, al menos, la cumpliría íntegra, según apuntan fuentes jurídicas.

La carrera delictiva de Juan Manuel Valentín Tejero, hoy de 56 años, responde a la perfección a un manual de libro sobre un asesino. «Los primeros delitos que cometió -tentativas, robos y violaciones consumadas- obedecen a conductas aproximativas a las víctimas, son ensayos antes de desatar un exceso de maldad y violencia innecesaria sobre la niña a la que acabó asesinando», según apuntó en 2013 la psicóloga penitenciaria que le valoró durante años en el centro penitenciario de Herrera de la Mancha, quien no dudó en advertir de que «presumiblemente puede reincidir en cuanto se relaje la presión mediática y social sobre él».

Una carrera delictiva desde los 15 años

Su historial apunta, como mínimo, en este sentido dado que los inicios delictivos de este pedófilo diagnosticado se remontan a su adolescencia. Valentín Tejero contaba con tan solo 15 años cuando sumó su primera detención. Corría el año 1976 y ya fue acusado de una tentativa de violación sobre una niña de 9 años. Su vida continuó, llegó a formar una familia -se casó y tiene dos hijos- y durante años regentó un quiosco y un pequeño salón recreativo para jóvenes en su barrio de toda la vida (La Victoria).

Pero su pedofilia siempre estuvo latente y ya en 1982, con 21 años, fue detenido por exhibicionismo en las inmediaciones de Continente (el actual Carrefour del estadio) -fue condenado a cuatro meses de arresto-. También fue detenido por robo antes de cometer su primera oleada de violaciones consumadas o tocamientos de nuevo sobre cinco niñas, de entre 10 y 12 años, en torno a 1986 y con escenarios tan dispares como las calles del centro o de La Rondilla -por aquello sumó trece años y cinco meses de cárcel-.

Así que el quiosquero de La Victoria pasó a partir de entonces sus cinco años siguientes a caballo entre la cárcel y su negocio gracias a un sinfín de permisos penitenciarios. Durante uno de ellos, en 1989, violó a una chica de 16 años en la calle Esperanto, y aún así obtuvo el régimen abierto del centro penitenciario en abril de 1991 -solo acudía allí a dormir-. Apenas un año después, el 22 de junio de 1992, raptó, violó y asesino a la niña de Villalón Olga Sangrador -enterró el cuerpo en Tudela-. Dos días después fue detenido. Ahora vuelve a ser sospechoso de un nuevo caso de abusos sexuales sobre una menor.

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