Castilla y León limita sólo a los familiares las entradas en la comunidad para celebrar en los domicilios las navidades, en concreto del 23 al 26 de diciembre y del 30 de diciembre y 2 de enero, con reuniones ampliadas de seis a diez ... personas solo en esas fechas más señaladas, de Nochebuena, Navidad, Nochevieja y Año Nuevo, y de sólo dos grupos familiares.
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Así lo ha anunciaba la semana pasada el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, en la rueda de prensa para dar a conocer las medidas para esta Navidad, en la que incidía en que se mantiene el confinamiento perimetral de la comunidad hasta el 10 de enero con esas excepciones sólo para familiares, no para allegados, en esas jornadas festivas, en las que ha apelado a la «prudencia» y «responsabilidad» de los ciudadanos.
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«No hay segundas residencias», avisaba el presidente sobre la limitación que regirá, para permitir únicamente que los desplazamientos de entrada y salida de la comunidad tengan destino una reunión familiar en las fechas más señaladas, pero no un cambio de aires desde otras autonomías.
Tal y como había previsto la Junta hace semanas, se mantiene el toque de queda a las 10 de la noche salvo los días de Nochebuena y Nochevieja, en los que se amplía a la una y media de la madrugada con el fin de facilitar «el regreso a los domicilios», o salida de actos religiosos, que tienen el aforo al 50%, y «no para desplazarse a otro tipo de eventos sociales».
No obstante, sobre el número de personas que participarán en las reuniones familiares, Mañueco recomendó que, más allá del límite establecido, se reduzca «lo más posible» el número de comensales.
Preguntado por el cambio de criterio respecto a principios de diciembre, cuando Castilla y León planteó ante el Ministerio mantener el límite de 6 para todo el periodo navideño, Mañueco ha explicado que la Junta toma esta decisión «en función de las circunstancias» que tiene la comunidad y con un «punto de equilibrio» entre los sectores consultados.
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Sin embargo, se mostraba abierto a que, de cara al 2 de enero, que es la fecha que ha puesto como referencia para estas medidas, la Junta de Castilla y León pueda aflojar o endurecer las restricciones fijadas este viernes.
Fernández Mañueco pedía a pedir «prudencia» y llamaba a «no bajar la guardia» y tener «una falsa sensación de seguridad» y volver a caer en el «error del verano».
La «prudencia frenará la tercera ola que ya muestra las garras en algunos lugares», ha advertido el presidente de la Junta de Castilla y León, convencido de que su gobierno ha aprendido de la primera y la segunda olas de la covid, sobre todo en la protección de los sanitarios y la dotación UCI en los hospitales.
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Fernández Mañueco lamentaba que no hayan sido posibles, a través del Gobierno de España, medidas conjuntas para todas las comunidades, y argumentaba que esa demanda es compatible con que cada autonomía pueda adaptar las medidas a cada circunstancia epidemiológica y a cada característica de su territorio y su tipo de población.
«Nos hubiera gustado del Gobierno un esfuerzo mayor para alcanzar ese acuerdo, en su función de coordinación, ha desistido de sus funciones y dejado la decisión en manos de las comunidades autónomas«, le afeaba Mañueco, quien insistía en que él da un »paso al frente« para intentar estar »a la altura«.
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