Las temperaturas han descendido hasta alcanzar los niveles normales para la época de agosto, lo que pone fin a la alerta por calor en Burgos y en el resto de provincias de la comunidad, según informa la Junta de Castilla y León.
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La provincia burgalesa dice adiós a la ola de calor después de alcanzar 39,3 grados en la capital y más de 41 grados en Miranda de Ebro y Medina de Pomar. La ola disparó los termómetros el lunes 6 de agosto hasta el domingo 13. Incluso, Burgos ha estado en aviso amarillo por tormentas secas y temperaturas de hasta 42 grados, lo que aumentaba el riesgo de incendio.
El factor que ha permitido a los burgaleses pegar ojo ha sido la gran diferencia térmica entre el día y la noche que caracteriza a la Tierra del Cid. Tras una semana de calor extremo, la temperatura ha disminuido de forma progresiva a lo largo del fin de semana del 11 de agosto hasta dar un respiro al territorio burgalés al rondar los 30 grados el domingo.
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A partir del domingo 13 de agosto, los termómetros se mantendrán en valores típicos del verano, de acuerdo con la previsión climatológica para las próximas jornadas. Como consecuencia, la Agencia de Protección Civil y Emergencias declara el fin de la alerta por temperaturas elevadas.
Las autoridades recuerdan la importancia de mantener las recomendaciones básicas para hacer frente al calor veraniego y evitar emergencias. Beber agua de forma regular y abstenerse de comidas copiosas son dos de las claves.
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