Los distintos cuerpos de seguridad se pondrán «de acuerdo» para garantizar la seguridad de Burgos durante las fiestas navideñas. Además, también pondrán el foco en zonas que aglutinan más conflictos en la ciudad, como la calle Briviesca y el entorno de la plaza Vega, la ... calle Miranda y la propia estación de autobuses.
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Para ello, representantes del Ayuntamiento, Policía Local, Subdelegación del Gobierno, Policía Nacional, Guardia Civil, Bomberos de Burgos y Protección Civil se han reunido en una junta de seguridad, que se repetirá hasta cuatro veces cada año. Lo hará previamente a los eventos más destacados: antes de la Semana Santa, antes de la festividad del Curpillos y los Sampedros, antes del inicio del curso escolar y de las Navidades.
Respecto a las festividades, la alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala, ha señalado que la seguridad este año se enfocará en cuatro dispositivos de Policía Local que incluirán operaciones de tráfico, control de ordenanzas municipales, de botellón y de «gente que pide en la calle».
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Asimismo, el subdelegado del Gobierno, Pedro de la Fuente, ha recordado que España sigue en nivel 4 de alerta, por lo que se «condiciona» la preparación de los dispositivos y los cuerpos de seguridad han de estar preparados para «garantizar» la seguridad.
Además, la alcaldesa ha mencionado la calle Briviesca, donde ha adelantado que se llevará a cabo un dispositivo especial esta Navidad «para evitar que haya perjuicios a los ciudadanos. Ayala pretende que se combine la convivencia entre los vecinos de la citada calle y las personas que acuden hasta esta zona por ocio.
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Respecto a la plaza Vega, la calle Miranda y el entorno de la estación de autobuses, De la Fuente ha confirmado que sí hay actos de «tipo vandálico». Sin embargo, estos están «tasados y controlados por la Policía Local». La alcaldesa ha señalado que la vigilancia «seguirá» en la zona apra evitar que esto ocurra.
Los vecinos de la calle Emperador han vivido, durante este año, seis incendios que han calcinado cinco coches. Los vecinos ponían la voz de alarma en el número 2, en dos pisos okupados y en las personas que en ellos habitaban.
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Dos meses después del último incidente, el subdelegado del Gobierno ha confirmado que la vigilancia en la zona sigue siendo «férrea» y que los efectivos de Policía Nacional están «atentos» a cualquier percance que pueda originarse.
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