Un adecentamiento de algunas calles, ampliación de aceras, mantenimiento de zonas ajardinadas, dotaciones culturales, sociales y deportivas... Las reivindicaciones de los vecinos del barrio de El Pilar son numerosas, y vienen de lejos, de muy lejos. Llevan años reclamando al Ayuntamiento de Burgos actuaciones, en ... su mayoría sencillas, y que no exigen de grandes inversiones, pero que esenciales para mejorar su vida.
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No hay nada nuevo en su catálogo de reclamaciones, que hacen periódicamente con escaso éxito. Lo último que han conseguido es una partida de 20.000 euros, rescatada de las inversiones del distrito oeste, para mejorar el centro municipal del barrio. Una obra que se ha podido llevar a cabo gracias a la aportación de los socios y a la ayuda de la empresa encargada, pues en total se han invertido casi 40.000 euros.
Sin embargo, lo más «urgente» sí que require de una planificación, de una reserva presupuestaria importante. En el barrio de El Pilar le piden al Consistorio que complete el proyecto del bulevar ferroviario, que en orígen iban a llegar hasta el antiguo paso a nivel, conectando con la Barriada San Juan Bautista en la zona de la prisión. Esto último ya lo dan casi por descartado, pero que llegue el bulevar al barrio, no.
Ahora mismo, el bulevar se ha cerrado con una conexión con la Avenida de la Universidad, y en el último tramo sin carriles desdoblados, lamenta Gustavo Miguel, el secretario de la Asociación de Vecinos La Pérgola. Y lo que piden es un desdoblamiento y que el bulevar complete el recorrido por el barrio, porque la calle Arlés soporta un tráfico muy intenso, y peligroso.
«Nos tienen abandonados», afirma Miguel, quien denuncia que son «el único acceso de la ciudad sin semáforos». Hay mucho tráfico constantemente, insiste, y pocos son los vehículos que respetan la velocidad máxima de 50 km/h. Los vecinos piden más semáforos y mejorar los accesos al barrio. Reclaman trasladar el semáforo frente al Bellavista, que es solo para peatones, a Jacinto Benavente para facilitar las salidas.
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Al margen de las reividicaciones relativas al tráfico, otra de las demandas habituales es que el Ayuntamiento adecente el camino de La Milanera, que es Camino de Santiago. «Los peregrinos no saben por dónde ir», afirma Roberto Ortiz, presidente de la asociación vecinal. Así que reclaman mejora la señalización y, sobre todo, adecentar la salidad de Burgos, con un sendero, con bancos y servicios, y sin contenedores de basura.
El antiguo recinto ferial de La Milanera es otra de las deficiencias que denuncian. Cerrado desde hace años, y tras la demolición realizada en 2019 para dar cabida a unas barracas que finalmente no se instalarán allí, los vecinos demandan una actuación para evitar el estado de abandondo en el que se encuentra. Las vallas están caídas y los entornos, faltos de mantenimiento.
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«Somos el único barrio que no protestamos por las barracas, mientras se haga un recinto ferial», afirma Ortiz. Como esa opción ya no existe, pues el Ayuntamiento apuesta por los terrenos de la CLH, los vecinos de El Pilar exigen que en la zona se construyan dotaciones públicas. Un centro cívico que dé servicio también a la barriada, campos de fútbol y baloncesto, pues la pista deportiva actual está impracticable.
El catálogo de quejas se completa con petición de ampliación de algunas aceras, que son muy estrechas o presentan deficiencias, pues suponen un riesgo para los vecinos, que tienen que pasar por la calzada. La intervención es sencilla, insiste Ortiz, pues consistiría en quitar alguna zona de aparcamiento, que no se usa, o dejar alguna calle con un único carril, pues no generaría ninguna distorsión en el tráfico.
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También piden que se mantenga el parque de La Pérgola, «muy bonito, pero no se usa por falta de mantenimiento». Está sin limpiar, se embarra cuando llueve, hay baldosas levantadas, las tuberías de la fuente están sin tapar. Y a todo ello se suma una petición constante a la UBU para que se involucre en el barrio, ceda espacios para actividades culturales o deportivas y arregle el aparcamiento de la Politécnica.
Los vecinos de la zona residencial recuerdan al Ayuntamiento de Burgos que siguen asumiendo el coste de las bombas que sacan las aguas residuales de sus comunidades, después de que quedara pendiente la reforma del saneamiento. Los bloques se construyeron según proyecto, pero al no completarse el proyecto municipal, se generan problemas de desagüe que asumen los vecinos.
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