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En la fiesta del Curpillos o Corpus Chico los burgaleses salen a las calles para celebrar esta festividad declarada de Interés Turístico Regional. Calienta así motores la ciudad para coger, en unos días, las Fiestas de San Pedro o San Pablo.
El Curpillos es una fiesta singular de la ciudad de Burgos que comienza con los actos en el monasterio de Las Huelgas, estos son los actos institucionales y religiosos. De ahí, la tradición marca que se acuda al parque de El Parral a la tradicional jira, que este año se ha trasladado al parque de La Quinta por las actuaciones que Patrimonio Nacional va a llevar a cabo en El Parral.
Este cambio de ubicación de la comida campestre y la fiesta se ha dejado notar en la afluencia de gente que ha llegado hasta el barrio de Las Huelgas para ver la tradicional procesión donde la autoridad militar porta una reproducción del Pendón de las Navas de Tolosa. El Parque de El Parral está próximo al monasterio, en cambio, La Quinta está más alejada de este barrio.
Comenzó el día con una misa en el Real Monasterio de Las Huelgas, a la que acuden autoridades civiles, militares y religiosas. Pero antes, la madre abadesa recibe a las autoridades e invitados en el monasterio. Tras la misa, tiene lugar la procesión por las calles del barrio de Las Huelgas. Danzantes y Gigantones no se pierden tampoco esta cita.
La festividad del Curpillos o «Corpus chico» es una de las jornadas con mayor atractivo para los ciudadanos burgaleses. Este día tan tradicional y posiblemente singular en toda la geografía española conjuga la doble dimensión de lo sacro y lo profano, en dos partes bien diferenciadas, ya que en las primeras horas de la mañana brilla la etiqueta y el protocolo, con actos religiosos y militares, mientras que el resto del día toma lugar la fiesta más popular, gastronómica y divertida.
Parece que sus orígenes están en la celebración de la victoria de las huestes cristianas sobre las musulmanas en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212, aunque las primeras noticas que tenemos datan del siglo XIV, después de la institución de la solemne fiesta del Corpus, bajo el reinado de Alfonso XI.
Desde entonces hasta el día de hoy no ha dejado de celebrarse en el barrio de Las Huelgas esta peculiar fiesta que reúne a las máximas autoridades militares, religiosas y civiles y, por supuesto, a todo el pueblo burgalés, que ve en ella una de sus señas de identidad.
El Curpillos se celebra el viernes siguiente a festividad del Corpus Christi y su celebración está unida de manera inexorable al Monasterio de Santa María la Real de las Huelgas, fundado por el rey Alfonso VIII y su mujer la reina Leonor.
El Curpillos tiene consideración de fiesta local desde 1953, aunque sólo lo fue en jornada completa desde 1979; hasta entonces, aún debía acudirse al trabajo hasta las doce del mediodía.
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