Tras un año de ausencia por la pandemia de la covid-19, el aroma de los titos ha regresado al barrio burgalés de Gamonal. Entre perolos humeantes, colas y olor a potaje, los burgaleses esperaban con sus cazuelas, cubos, táperes. Todo sirve ... para llevarse a casa unas cuantas raciones de esta receta tradicional y vinculada al barrio de Gamonal.
Publicidad
La Cofradía de San Antón ha vuelto a cumplir con una tradición de más de cinco siglos. Unas 22.000 raciones se esperaban repartir entre los asistentes. Para evitar aglomeraciones, se ha diseñado un itinerario de entrada y se han habilitado dos salidas. Además, Policía Local de Burgos, Protección Civil y personal de seguridad privada controlaban y dirigían a los asistentes.
Se ha adelantado el horario, desde las 12.15 horas y hasta las 15.30 se han estado repartiendo raciones de titos. Todo ello buscaba reducir la distancia y las aglomeraciones entre asistentes para guardar las medidas de seguridad frente a la covid-19. Además, los cofrades de la Cofradía de San Antón iban protegidos con mascarilla FFP2 y en la jornada anterior se realizaron un test de antígenos.
Los primeros en ponerse a la cola han tenido que soportar las gélidas temperaturas burgalesas. «Se agradece cuando la cola avanza y te toca sol», señalaba una mujer. Otro compañero de espera apuntaba que había menos gente que otros años, pero solo eran las 12.15 horas de la mañana.
La cola ha ido avanzando con rapidez, así lo reconocían los asistentes. Los cofrades pedían que fueran pasando los asistentes a por sus raciones. Así, a las 12.45 la cola no era tal. La gente llegaba, recorría el circuito y apenas tenía que esperar. «Creo que ha habido la mitad de gente que otros años», aseguraba una burgalesa. «No corras, que no hay cola, este año no tenemos que esperar», le decía una mujer a otra.
Publicidad
Se han ampliado los espacios destinadas a las filas de espera, han discurrido por la calle Antigua y calle Las Escuelas. La Policía Local ha colocado allí frente al colegio Alejandro Rodríguez Valcácel un vallado que en ningún momento ha acogido a asistentes. La salida se ha llevado a cabo por la calle Vitoria y por la calle Antigua.
Noticia Relacionada
El reparto de los titos es una tradición en Burgos desde 1502. Todos los 17 de enero, Día de San Antón, la Cofradía de San Antón se encarga de repartir el potaje elaborado por ellos desde primeras horas de la mañana e, incluso, desde días antes. En su momento, los peregrinos que recorrían el Camino de Santiago recibían el 17 de enero un buen plato de titos.
Publicidad
Los titos son una legumbre que servía para complementar la dieta de los animales y también para preparar un puré o potaje. Son parecidos a los garbanzos, pero más aplanados y menos suaves. En la actualidad no se usa apenas en alimentación para las personas, por lo que la cofradía tiene sus cultivos en un pueblo de Burgos, Villasidro.
El trabajo de los cofrades comienza de madrugada. Encienden la madera y cocinan a fuego lento los titos. Después de la tradicional misa y la posterior bendición a los animales en la iglesia Santa María Real y Antigua, ha comenzado el reparto de los titos.
Publicidad
Unas 16 calderas acogían el potaje con unos 3.000 kilos de titos, 250 kilos de ajos, 250 kilos de cebollas, aceite de oliva, laurel, pimientos calahorranos, guindillas, sal y pimentón (mitad dulce y picante) para preparar unas 22.000 raciones. Pero antes del reparto y la preparación de este lunes 17 de enero, el pasado jueves 13 ya comenzaron los cofrades con los preparativos
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.