La identificación de Julián David L.C. como presunto autor del asesinato de Silvia Plaza no se ha basado únicamente en la cazadora roja que vestía en la madrugada del 29 de abril, lo más llamativo de su indumentaria. El testigo de la brutal ... paliza identificó en la Comisaría de Burgos a Julián David como la persona que golpeó repetidamente a Silvia en la calle San Antón de la capital burgalesa.
Publicidad
La agente de Policía Nacional que participó en el reconocimiento fotográfico ha explicado que el vecino, que vio los hechos desde la ventana de su domicilio, «reconoció a Julián David con ciertas dudas, con una certeza del 70%». Ha negado que se le indujese de alguna manera, pues se le mostraron fotos de diferentes personas con características físicas similares a las del entonces sospechoso.
Y señaló la fotografía del acusado. Los testigos no suelen querer comprometerse a reconocer a un sospechoso con una certeza del cien por cien, ha admitido la agente, pues «les da mucho apuro hacerlo». Pero el testigo de la paliza no tuvo dudas, ha afirmado. Y eso que el abogado de la defensa ha vuelto a insistir en la posibilidad de que no viese con claridad al acusado, dado que era de noche, había escasa iluminación y vio los hechos por la ventana de un primer piso.
Más información
Patricia Carro
Los agentes que acudieron a la llamada de aviso, una vez Silvia había sido trasladada al hospital, hablaron con el testigo desde la calle. Él permanecía en el domicilio, asomado a la ventana, y los agentes estaban en la acera. Y aseguran que se le veía con claridad y que se le podía identificar. En la declaración de los agentes, el letrado de la defensa ha encontrado una contradicción con la declaración del vecino.
Y es que este aseguró no haber visto marcharse al agresor ni a los amigos con los que había llegado. Que fue a cargar el móvil y, cuando volvió a la ventana, no estaba ninguno y hay alguien había movido a Silvia para esconderla entre dos vehículos. Sin embargo, un agente recordaba que el testigo había dicho que se habían ido los tres juntos, y ha pedido expresamente que quedase constancia de la contradicción.
Publicidad
Los agentes encontraron a Silvia en un estado «muy grave». Tal como han declarado en la sesión de este miércoles, tenía la cara deformada y ensangrentada. También «bultos muy grandes en la cabeza de haber sido golpeada». Respiraba con mucha dificultad, prácticamente jadeando, han relatado, y no respondía a ningún estímulo, así que llamaron inmediatamente a la ambulancia.
La tercera sesión de la vista oral por el asesinato de Silvia Plaza ha incluido la declaración de uno de los testigos de la defensa (a los otros dos previstos ha renunciado el abogado de Julián David). Se trata de un hombre que coincidió con el acusado en los calabozos de la Comisaría de Burgos el 29 de abril de 2018.
Ha asegurado que Julián David estaba «totalmente ido, bajo los efectos de las drogas y en mal estado». También que escuchó «forcejeos» en su celda cuando los agentes entraban a buscarle, que le amenazaban y le obligaban a reconocer la paliza a Silvia. «Va a ser mejor para ti», afirma que le decían.
Igualmente, el testigo cre que le golpearon. «En alguna ocasión, seguro. Por lo que se oía y los forcejeos, porque desde la ventana tampoco se ve claro». Y es que el testigo y Julián David no compartían celda y la única comunicación posible era a través de una ventana de 30 centímetros cuadrados.
La fiscal ha sido inflexible a la hora de dudar de lo que dice que vio y oyó dado el tamaño reducido de la ventana. Y ante las preguntas de las abogadas de la acusación particular y pública, el testigo ha asegurado que «se ven y se escuchan cosas», y que él oyó cómo le gritaban y forcejeos.
Silvia estaba entre dos coches, así que los policías la movieron a la hacer para poder atenderla y la pusieron de lado. «La sacamos sin arrastrarla», ha contestado uno de ellos ante la insinuación del abogado de la defensa de que pudieran haberle causado algún daño. «Estaba semiinconsciente, uno ojo no lo podía abrir, le costaba respirar pero no pudimos comunicarnos con ella».
Publicidad
Además, uno de los agentes que atendió a Silvia ya había coincidido con ella cuando en octubre de 2017 Julián David, entonces pareja de la joven, la golpeó, la tiró de un vehículo en marcha y la dejó abandonada en un descampado. Este agente, junto con un compañero, la encontró «en estado de shock, no respondía a nada». Silvia no supo decirles ni quién era, ni qué había pasado. Tenía la cara ensangrentada y la ropa rasgada y no había evidencias de que pudiera haber sufrido un accidente de tráfico, más bien algún tipo de agresión.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.