Seis años de prisión para una mujer de Burgos que introdujo 20 kilos de una droga nueva en España

Los dos se encuentran en prisión provisional desde su detención en 2022 en una importante operación internacional en la que participaron la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) y la Policía Nacional de Países Bajos. En Burgos fue necesario contar con agentes encubiertos que se infiltraron en el entorno de la condenada.

La sentencia considera probado que la acusada, una mujer de origen búlgaro residente en Burgos y gerente de un club de alterne de carretera en la provincia, estaba intentando introducir en España una droga sintética, clorometcatinona (4-CMC), similar al MDMA pero nunca antes vista en territorio nacional. De esta forma, con la ayuda de varios agentes infiltrados, lograron acceder a la sustancia que se encontraba retenida en Holanda, en un almacén de Róterdam desde donde la mujer trató de llevar 20 kilos a Madrid.

las investigaciones comenzaron en febrero de 2022, centrándose en un grupo criminal dirigido por esta mujer. Según pudieron saber los agentes, la sospechosa era la responsable de un importante alijo de droga en un almacén de Róterdam que estaba intentado sacar de allí. Los agentes infiltrados viajaron hasta Holanda haciéndose pasar por transportistas y recogieron ellos mismos la droga, con la colaboración de la policía holandesa. En este almacén de Róterdam se incautaron otros 240 kilos de 3MMC.

El agente infiltrado, haciéndose pasar por transportista, se trasladó hasta el domicilio de Ámsterdam acordado para recoger el encargo. Allí se le hizo entrega de una caja que contenía alrededor de 20 kilogramos de una sustancia que resultó ser 4-CMC (4-clorometcatinona).

La mercancía se dirigía hasta Burgos, donde se había establecido el punto de entrega y la mujer fue detenida en el momento en que el camionero trataba de entregarle la caja. A lo largo de todo el operativo se determinó que ella era el cerebro de la operación y que le correspondía la toma de decisiones, en la que contaba con la ayuda de su marido como cómplice.

En la sentencia especifica que los registros posteriores en la vivienda del matrimonio se encontraron más de 50.000 euros en efectivo, pero que no se ha podido establecer que el origen sea la venta de estupefacientes dado que podría provenir del club de alterne que regentaban. El registro tampoco arrojó resultados en este club.

Por todo ello, la Audiencia establece seis años y un día de cárcel para la mujer por un delito contra la salud pública y una multa de 850.000 euros. A su marido, como cómplice, tres años de prisión y una multa de 400.000 euros.