La remodelación de Las Llanas, el proyecto de Juan de los Lagos, la Avenida del Arlanzón... Las obras municipales se paran por decisión empresarial como consecuencia de la situación excepcional que se vive a raíz de la crisis del coronavirus. Eso sí, no todas ... las actuaciones se paralizarán pues la demolición de la antigua escuela municipal Río Vena y la remodelación del Monasterio de San Juan continuarán adelante.
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Construcciones Ortega ha comunicado al Ayuntamiento que continuará con la demolición de la antigua escuela municipal y, además, avalada por el arquitecto del Ayuntamiento de Burgos, la empresa continuará trabajando en el proyecto del monasterio. «Se puede continuar en condiciones de seguridad», ha explicado el concejal de Fomento, Daniel Garabito, y «hay voluntad de la empresa» de continuar.
Eso sí, siguiendo unas estrictas medidas de seguridad, apunta Garabito, quien recuerda además que ya se están dando los últimos remates al proyecto. Actualmente trabajan en el Monasterio de San Juan seis profesionales, cada uno en una tarea diferente, de ahí que se haya valorado el mantenimiento de los trabajos. De todos modos, si se detecta algún riesgo, se suspenderá la obra.
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Garabito insiste en que «la prioridad ahora es la seguridad de las personas, luego ya se irá viendo». Por ese motivo, y en la situación de estado de alarma, los plazos no corren y las obras se reactivarán cuando proceda. Eso sí, Fomento cumple con las obligaciones de pago contraídas con los contratistas, «con el fin de no generar tensiones de liquidez en las empresas», han explicado.
El área está en servicios mínimos, como el resto de departamentos municipales. De hecho, en clave de obras y licencias se mantiene únicamente la vigilancia en el cumplimiento de los deberes urbanísticos, para evitar que se aproveche la situación para cometer irregularidades, explica el concejal de Fomento, y vigilancia de la conservación y mantenimiento de los inmuebles.
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En concreto, las tareas que se abordan desde el servicio son el control del uso del suelo, donde se incluyen declaraciones de ruina inminente, y órdenes de conservación de la edificación que resulten inaplazables a juicio de los técnicos municipales. Asimismo, se continuará con las órdenes de ejecución de conservación de los edificios que no se puedan retrasar por motivos de seguridad.
Se vigilará también la protección de la legalidad urbanística en inmuebles declarados BIC u otros que, a juicio de la administración, merezcan de especial protección cuando el daño que se esté ocasionando a los mismos sea de difícil o imposible reparación. En este caso, el estado de alarma no ha de suponer una merma en las facultades de vigilancia e inspección de estos bienes, insiste el Ayuntamiento.
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