«No quieren jugar conmigo porque soy gitana»

Olimpia Iglesias es otra joven que ha vivido una infancia rodeada de actos discriminatorios. «En el colegio notaba mucho el racismo por parte de alumnos y profesores», lo que le quitaba las ganas de asistir a las clases.

Una profesora decía en su colegio que «los gitanos tienen muchos hijos» o «que solo tienen hijos para obtener ayudas económicas». La situación mejoró en la ESO, aunque persistía algún comentario racista.

Al final, una persona que se ve discriminada en clase no se siente motivada a estudiar. «Según mi experiencia, siempre ves aspectos que sí son racistas. A lo mejor eres un niño y no te das cuenta, pero vas creciendo y detectas que era racista», considera Iglesias.

Sus padres querían que estudiase, pero tampoco le obligaban ni a seguir con ello ni a abandonarlo. Continuar con los estudios universitarios ha sido su decisión. Así, esta joven gitana es graduada en Pedagogía y en la actualidad trabaja en la Fundación Secretariado Gitano (FSG).

Iglesias comenta que a lo largo de su experiencia en la universidad no ha notado racismo. De hecho, aprecia una evolución positiva respecto al trato recibido en el colegio hasta los niveles formativos superiores.

Al preguntar a niños de entre nueve y diez años qué ideas tienen sobre los gitanos escriben prejuicios como «los gitanos son sucios, llevan navaja, son drogadictos, se casan muy jóvenes o se lavan los dientes con lavaplatos».

Así lo ha vivido Pisa en los talleres 'Cultura para compartir' que la FSG desarrolla en los colegios. «¿De dónde pueden salir esos prejuicios en niños de nueve años?», cuestiona Pisa. A través de estos talleres están cambiando mucho las cosas y «entre todos lo podemos cambiar».

Los niños no son conscientes de que están ejerciendo discriminación, lo hacen porque se lo han inculcado. Simplemente, al decirles que no vayan con un compañero gitano en el colegio.

«A lo mejor el niño no es consciente de que por el hecho de ser gitano le tenga que discriminar y al final lo interioriza», comenta Anthony Sánchez, tutor de inserción laboral en la FSG.

Además, muchas veces se transmiten sin saber qué se está haciendo. Con expresiones coloquiales como «no te alejes que te van a llevar los gitanos». Estas frases son frecuentes, aunque las referidas a otros colectivos se han ido erradicando del lenguaje.

Sin embargo, las expresiones relativas a las personas gitanas aún están en uso. Las personas gitanas han progresado mucho en los últimos años, pero la sociedad no reconoce estos avances, determina Ana María Sedano, la coordinadora de la FSG en Burgos.

Además, «las expectativas de algunos centros educativos no son las mismas en un niño gitano que un niño no gitano», asegura Sedano. Sin embargo, «todo no es culpa de una parte». La implicación de las personas gitanas para mejorar su nivel formativo es esencial.