Secciones
Servicios
Destacamos
La población gitana es la minoría étnica de mayor número en España, pero también «la más rechazada». La Fundación Secretariado Gitano (FSG) ha atendido 76 casos de antigitanismo en Castilla y León durante 2021. Solo lo supera Andalucía, con 121 discriminaciones.
«No nos damos ... cuenta de que cuando hablamos de gitanos hablamos de personas», recuerda Ana María Sedano, coordinadora de la Fundación en Burgos. Lo que las diferencia del resto es que, tienen las mismas dificultades que cualquiera, «añadida una más: ser gitana».
MÁS NOTICIAS RELACIONADAS
YOLANDA FERNÁNDEZ BLANCO
YOLANDA FERNÁNDEZ BLANCO
«El payo tiene que demostrar que es malo y el gitano que es bueno», denuncia Sedano. La discriminación hacia las personas gitanas es una realidad. En la actualidad, los estereotipos sobre las personas gitanas persisten en Burgos y provocan más daños de los que parece.
La sociedad emplea expresiones coloquiales a diario que, sin darse cuenta, son discriminatorias. «En una persona gitana siempre prima el prejuicio y el estereotipo». Incluso, los prejuicios antigitanos se transmiten a los niños inconscientemente.
Las frases coloquiales despectivas sobre otros colectivos, que también eran discriminatorias o estereotipadas, se han erradicado del lenguaje. Sin embargo, las relativas a las personas gitanas no. La sociedad no reconoce los avances de las personas gitanas.
Sedano es paya y trabaja a diario con compañeros gitanos en la Fundación. Como consecuencia, está segura de que «el desconocimiento genera prejuicios». «Si conocieran a alguna persona gitana cambiarían de idea», asegura.
Los prejuicios relacionan a los gitanos con la conflictividad. «Da igual en el ámbito que sea: empleo, educación o vivienda». La idea preconcebida más extendida es que los gitanos son vagos, lo cual «es mentira y la FSG lo demuestra con números».
ANA MARÍA SEDANO
Los gitanos no son vagos, «es todo lo contrario». Son los primeros en acceder al mercado laboral y los últimos en salir. Esto se debe a que también son «los primeros que salen del sistema educativo», aunque el nivel educativo ha mejorado de forma considerable.
Además, es frecuente que por uno paguen todos. Cuando una persona gitana «no responde bien a una situación» influye en toda la comunidad. Por ejemplo, si un payo es ineficiente en su trabajo «no juzgan a todos los payos por su acto».
Cuando se trata de un gitano sí juzgan a todos los gitanos. Todos pagan por el acto de una sola persona o de un reducido porcentaje de gitanos que actúan de forma negativa.
La «gran» diferencia es que el porcentaje de esos incívicos, o de población chabolista, es «mínimo» dentro de la comunidad gitana, pero en el imaginario colectivo es lo contrario. «Se conoce lo malo, pero no lo bueno», lamenta Sedano.
«La sociedad de los gitanos es heterogénea, al igual que la sociedad mayoritaria». Entre la población gitana hay «de todo», como en el resto de la sociedad. Personas con estudios y sin estudios, incívicas o educadas… Todos los gitanos «no se dedican a la venta ambulante».
La discriminación más palpable y más visible es en el acceso a la vivienda. Aunque cumplan todos los requisitos, «ser una persona gitana ya es una traba». El proceso de compra es más difícil, pero aún más el de alquilar.
Así lo relata Anthony Sánchez, tutor de inserción laboral en la FSG, quien ha vivido en primera persona la discriminación en el acceso a la vivienda.
La excusa más frecuente es «el dueño no quiere alquilar a gitanos». Desde el principio ya no tienes que demostrar «si eres bueno o malo, si eres buen vecino o buen pagador. Al ser gitano ya tienes la puerta cerrada», asegura Juani Pisa, agente de igualdad en la Fundación.
JUANI PISA
También hay discriminaciones sutiles, lo que implica que sea difícil demostrarlo y, por tanto, es imposible denunciarlo. La FSG media en estas situaciones y la respuesta que reciben son escusas, pero «no dejan de ser una discriminación».
Más de un gitano ha entregado la documentación y cumplía con los requisitos para alquilar. Lo único que faltaba era firmar, pero al llegar resulta que ya está alquilada. La FSG lo ha comprobado y no está alquilada, la casa sigue en oferta.
Estas situaciones son una vulneración del derecho al acceso a la vivienda y del derecho a la igualdad. Dos derechos fundamentales amparados por la Constitución española y por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
La barrera en el acceso al empleo impide que se pueda acceder a una vivienda digna. Sedano defiende que «no todo es culpa de la sociedad mayoritaria ni de la discriminación». Sin embargo, esta discriminación es la primera barrera que encuentran las personas gitanas, tanto en este ámbito como en el resto.
Todas las noticias de Burgos en BURGOSconecta.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
La bodega del siglo XIV que elabora vino de 20 años y el primer vermut de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.