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El Cabildo ha encargado unas nuevas puertas para la fachada principal de la Catedral de Burgos. PCR
Las puertas de la Catedral de Burgos queman su último cartucho ante Icomos

Las puertas de la Catedral de Burgos queman su último cartucho ante Icomos

El Cabildo Metropolitano preparará una evaluación de impacto patrimonial que, según los expertos, debería haberse presentado antes de que Antonio López empezase a trabajar en las puertas

Sábado, 12 de junio 2021, 09:18

El informe desfavorable de Icomos continúa siendo, junto con la intensa polémica social, la espada de Damocles que pende sobre el proyecto de las nuevas puertas de la Catedral de Burgos. Mientras el artista Antonio López continúa trabajando en el encargo, el Cabildo Catedralicio se ha puesto manos a la obra para empezar a preparar la documentación que tendrá que enviar al órgano asesor de la Unesco para tratar de reconducir la situación y conseguir un sí a la instalación de las puertas en la fachada de Santa María, tal como estaba inicialmente previsto.

El dean del Cabildo, Vicente Rebollo, reconoce que lo primero que tienen que hacer es preparar toda la documentación histórica relativa a la Catedral, la fachada de Santa María y las puertas actuales, que datan de 1790. Luego, tocará elaborar la evaluación de impacto patrimonial (EIP), un documento para explicar el proyecto, desde perspectivas históricas, artísticas y técnicas, y sobre todo justificar el cambio de las puertas por las creaciones de Antonio López. Ese es el objetivo último, aunque Rebollo admite que «todavía no se ha empezado» a trabajar.

Pero, ¿qué es realmente una evaluación de impacto patrimonial? Y, lo más importante, ¿la EPI conseguirá que Icomos cambie de opinión sobre la intervención en la Catedral de Burgos? El arzobispo, Mario Iceta, insistía esta semana en que si no se cuenta con el apoyo de Icomos y Unesco las puertas no se instalarán en la portada principal. Nada nuevo teniendo en cuenta que la última palabra la tiene la Junta de Castilla y León, cuya Comisión de Patrimonio es la que debe autorizar el proyecto, y si existe riesgo de perder la declaración de Patrimonio Mundial, no lo autorizará.

La evaluación de impacto patrimonial es un informe que analiza el proyecto de intervención para, como su propio nombre indica, valorar el impacto que tendrá sobre el patrimonio al que afecta. Se trata de conocer las características de la obra, cómo se acometerá, cuál es la justificación, qué tipo de impactos se han previsto... Y, en muchas ocasiones, va vinculada más a obras de tipo urbanístico, por su impacto en bienes patrimoniales o en zonas de amortiguamiento, aunque podría acabar convirtiéndose en un requisito obligatorio para cualquier intervención patrimonial.

Así lo apunta Carmelo Arribas, restaurador de arte que ha ido desgranando en unos interesantes hilos de Twitter sus apreciaciones, desde un punto de vista profesional, sobre el proyecto de la Catedral de Burgos. Arribas explica que Icomos está intentando que las EIP pasen de ser una recomendación a una obligación, y se puedan incluir en las leyes de patrimonio de las comunidades autónomas. Andalucía ya lo ha hecho. Se trataría de una garantía más a la hora de intervenir en el patrimonio, aunque la normativa actual ya ofrece herramientas de protección.

Llega tarde

Eso sí, Arribas apunta dos consideraciones de interés sobre las evaluaciones de impacto patrimonial. En primer lugar, que si un proyecto de intervención está bien construido, las EIP no son necesarias. Y, en segundo lugar, que si se requiere de un informe de estas características, debe presentarse antes de iniciarse la intervención, pues si la evaluación no es favorable, toca revisar el proyecto e incluir modificaciones hasta que se consigue el visto bueno. De ahí que a Arribas le haya «llamado la atención» la noticia de que el Cabildo va a preparar una evaluación ahora.

«La EIP es un informe preliminar, no de cierre», insiste, que además debería de encargarse a profesionales ajenos al promotor de la actuación, en este caso, el Cabildo Metropolitano. Arribas se pregunta qué tipo de evaluación van a presentar, teniendo en cuenta lo avanzado que va el trabajo de Antonio López, y el poco margen de maniobra que parece quedar para introducir cambios. También si el Cabildo tiene intención de consultar con la sociedad, pues entre los requisitos de la evaluación está también analizar el impacto social de la intervención.

Y es que, de todos es conocido que el proyecto de las nuevas puertas ha generado mucha polémica, tanto en el ámbito social como en el artístico. El arquitecto Félix Escribano cree que, en parte, la polémica surge de una inadecuada explicación de la intervención. «Se dieron a conocer unos bocetos» y, sobre ellos, se ha conformado la idea de lo que serán las nuevas puertas. De ahí que Escribano crea que ofrecer ahora «una explicación más precisa y detallada, con un fotomontaje de la realidad de la puerta», pueda ayudar a mostrar cómo es realmente el proyecto.

Escribano conoce muy bien lo que es trabajar con Icomos. La remodelación de Las Llanas, que se acaba de inaugurar, exigió innumerables reuniones con los técnicos del órgano asesor de la Unesco, y realizar cambios en el proyecto original. Pasado el tiempo, Escribano reconoce que están «contentos, porque el resultado final ha sido mejor que el original», y asegura que el proceso ha sido «positivo», pero tuvieron sus tiras y aflojas con Icomos. «Se puede hablar con ellos, buscar soluciones», apunta, y tratar de reconducir los proyectos.

Eso sí, también admite que, en el caso de Las Llanas, la evaluación de impacto patrimonial era prácticamente el proyecto 'Retablos Urbanos', diseñado por AU Arquitectos y Ajo Taller de Arquitectura. En el caso de las puertas de la Catedral de Burgos, Escribano reconoce que se debería haber presentado antes una EIP, pero también apunta a que cada intervención tiene sus circunstancias y, en este caso, la celeridad del VIII centenario también ha jugado en contra. Y, sobre todo, no se esperaban una polémica de estas dimensiones.

Sin opciones

Para otros, como el restaurador Carmelo Arribas, la EIP que presentará el Cabildo no es más que un intento de justificar la obra, «a toro pasado». Y, en su opinión, no se conseguirá un cambio de postura de Icomos, que en varias ocasiones le ha pedido al Cabildo que desista del proyecto. Arribas asegura que, al margen de cuestiones estéticas (no entra en si son más o menos bonitas), las puertas «no cumplen con los criterios de intervención en el patrimonio». Criterios internacionales, integrados en la normativa nacional, insiste.

Ni son reversibles, ni se integran en la Catedral, ni se reconocen como intervención nueva. Tampoco hay una justificación para el cambio, más allá de la conmemoración del VIII centenario. Y avanza que el Cabildo tendrá el mismo problema si quiere instalar las puertas dentro de la Catedral, salvo que acaben expuestas como si de una escultura se tratara. Cualquier otro intento de reubicarlas, en su formato de puertas, chocaría con la necesidad de justificar el cambio, valorar el impacto en el conjunto de la Catedral y conseguir autorización.

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