Un paseo por el Burgos del siglo XIX

La Casa del Cordón permite reconocer la plaza de la Libertad, que en el año 1865 solo tenía una parte del suelo empedrada y el resto con tierra. Curiosamente varios burros pasean frente a la Casa del Cordón, también conocia como Palacio de los Condestables de Castilla. Además, no existía el pasaje Vicente Lampérez.

La vestimenta propia del siglo XIX entre los burgaleses llama la atención en la siguiente fotografía, en la que varias personas pasean por el mercado de la plaza Mayor. Las mujeres con falda o vestido, mientras que los hombres visten con pantalones. Asimismo, se aprecia el surtidor preparado para comprobar el funcionamiento de abastecimiento de agua. La Catedral de Burgos se dibuja al fondo, tras las viviendas que perviven en la actualidad.

Carros y caballos transitaban la calle Llana de Afuera en 1894 ya que solían organizar mercados por la zona. La arquitectura de la época perdura en el siglo XXI. El aspecto de las viviendas con la Catedral al fondo es muy similar al actual a pesar de la reforma de Llanas en 2020. Respecto a los locales, prevalecen los dedicados al ocio nocturno.

Uno de los lugares más emblemáticos de Burgos sin duda es el paseo del Espolón. Así lo ha sido desde su origen en 1791, año en el que comenzaron las obras del proyecto a cargo del arquitecto González de Lara. Burgaleses y foráneos han paseado por el Espolón a lo largo de sus tres siglos de vida con el Arco de Santa María como testigo. Incluso, la inteligencia artificial ha convertido el paseo del Espolón en un paisaje de 'El Señor de los Anillos'.

El puente de Santa María guía a los burgaleses hacia el Arco, el paseo del Espolón y la Catedral con un aspecto muy similar al actual. Sin embargo, el puente contaba con pocas farolas y permitía el acceso a carros. La ropa de la mujer burgalesa del siglo XIX, como el que aparece en la imagen, ha inspirado el traje regional femenino que es visible en la actualidad durante las fiestas de la ciudad.

Un grupo de mujeres venden alimentos en un puesto de la plaza Vega, con la Catedral y el puente de Santa María detrás en el año 1894. Visten faldas largas y un pañuelo que cubre su pelo. También hay hombres trajeados y con boina, así como un burro. Al trasladarnos al mismo espacio en la actualidad encontramos tanto a mujeres como hombres vestidos con pantalones. Además, hay escaleras para salvar los desniveles y un locutorio con alimentos.

El entorno del Solar del Cid ha cambiado completamente desde el año de la fotografía, 1865. Merodea la leyenda de que en ese terreno se erigía la morada de Rodrigo Díaz de Vivar, pero en la actualidad solo perduran los monolitos con los escudos de Burgos, el blasón del Cid y el escudo de San Pedro de Cardeña, de izquierda a derecha. Lo que parecía un monte con viviendas detrás ya está embaldosado y acondicionado con escaleras. El edificio al fondo es el hotel Abba Burgos.

A principios de siglo se produjo el abandono del Castillo, que supuso la renovación de las plazas de los mercados y las calles colindantes con el consiguiente crecimiento de la ciudad. Así lo muestran las anteriores fotografías.

Además, la burguesía emprende la construcción de grandes edificios públicos y abre amplios paseos en los que exhibirse y relacionarse. De esta manera, empezaría a configurarse el entorno urbano que conocemos en la actualidad.