La oruga procesionaria se adelanta en Burgos

Es muy peligrosa para los niños y puede ser mortal para las mascotas, por eso hay dispositivos especiales para contenerla en muchos parques urbanos. Se alimentan de las hojas de los árboles, pero no suelen causarles daños graves. Sin embargo, su veneno es altamente urticante y si, por ejemplo, un perro la toca con el hocico, hay que acudir inmediatamente al veterinario.

Por este motivo, Medio Ambiente impulsa campañas para evitar que esta plaga se propaguen por zonas urbanas, donde pueden causar lesiones a niños y perros. Pero este año las primeras orugas han bajado muy pronto.

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No es la primera vez que la procesionaria se deja ver de forma prematura, en 2020 las actuaciones para evitar la plaga de estos insectos comenzó a mediados de febrero al haberse registrado también temperaturas elevadas en invierno. En 2022 a principios de febrero ya se había avistado esta oruga en Burgos que, a causa de las temperaturas inusualmente cálidas, sale del nido antes de tiempo.

Anidan en parques y bosques en las ramas de pinos y cedros. Este nido es muy característico porque es blanco, rendodeado y de aspecto esponjoso. Habitualmente, la oruga procesionaria bajaba de los árboles en el mes de marzo pero el cambio de temperatura ha provocado que haya que prestar atención también en invierno, para evitar que niños y perros entren en contacto con ellas.