El movimiento feminista vuelve a tomar las calles de Burgos el 8M

Entre las reivindicaciones, «la abolición de la prostitución, de la pornografía o de los vientres de alquiler.», tal y como explica Ana Ruiz de Hypatia. «Trabajos justos y reparto de los trabajos porque las mujeres estamos precarias en todo», señala.

Este año, la proclama se ha centrado específicamente las violencias que sufren las mujeres, por ello exigen la abolición de la prostitución y, junto con la coordinadora feminista de Burgos, y el resto de plataformas, quieren evidenciar «la violencia extrema y la violencia en grupo» porque, recalca Ruiz, «la violencia sexual se ha multiplicado por 27, parece que avanzamos en algunas cosas, pero las cifras no dicen esto».

La portavoz de la asociación La Rueda, Laura Pérez, no ha querido pasar por alto que en el año 2020, el último en el que se celebró esta convocatoria, «se acusó al movimiento feminista de la pandemia» e indica que, pese estar en 2022, «las reivindicaciones son las de siempre»: «El sistema de prostitución es la máxima expresión de la violencia y la explotación sexual que sufrimos las mujeres, eso no encaja dentro del posicionamiento que aboga por la igualdad, es el momento en el que posicionarse y reivindicar una ley abolicionista en nuestro país».

Pérez declara que se vive «una discriminación y una violencia contra las mujeres por el hecho de haber nacido mujeres y a pesar de los avances seguimos en esa situación, no llegamos a conquistar la igualdad real en todas las esferas de nuestra vida y los posicionamientos políticos que estamos viendo en los últimos años que niegan esas situaciones de discriminación son palpables en esta comunidad autónoma».

En este sentido, Pérez se refiere a Vox y a que «la primera medida que exige es la derogación de la ley de Igualdad» algo que, confiesa, «nos hace temer que puede haber un retroceso por lo que estaremos expectantes y vigilantes para que esas decisiones no se acaben tomando, porque al final creemos que todos esos años de lucha han generado una conciencia». Por este motivo, confían en que se traslade a los políticos, al grito de «no podemos dar un paso atrás».

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