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Los profesionales sanitarios de Burgos están percibiendo sus consultas la falta de uso de métodos anticonceptivos entre la población joven. Una situación que estos profesionales, reconocen, es preocupante. Pero, además, se le suma otro matiz que empeora la realidad y es que, en demasiados casos, se hace un mal uso de estos métodos, lo que reduce su utilidad y aumenta el riesgo de contraer enfermedades e infecciones.
Esto hace, igualmente, aumentar el riesgo de embarazos no deseados. Abel Renuncio, portavoz de la Sociedad Española de Contracepción (SEC) en Burgos, es tajante en este último punto, el aborto no se emplea en la provincia de Burgos como método anticonceptivo. «Lo que vemos en las consultas es que las mujeres demandan un método anticonceptivo fiable que evite que tengan que pasar por esa situación. Ellas son las primeras interesadas en utilizar un método anticonceptivo eficaz que minimice el riesgo de un embarazo no deseado y un posible aborto», explica Renuncio.
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En cuanto al uso de los métodos anticonceptivos, o su no uso, entre la población más joven de la provincia de Burgos es una realidad que los profesionales sanitarios perciben. «Invita a la reflexión el no uso, por un lado, de métodos de barrera en ese perfil más joven. Hay que quedarse no solo con el miedo al embarazo, también con el incremento de las enfermedades de transmisión sexual que estamos viendo. Esto invita a la reflexión, da miedo».
Pero no se trata solo del no uso de los anticonceptivos de barrera, se trata también de su mal uso, lo que puede provocar una «falsa sensación de seguridad».
Abel Renuncio
Portavoz de la Sociedad Española de Contracepción (SEC) en Burgos
Añade Renuncio que «la probabilidad de quedarse embarazada con un preservativo es bastante mayor que con otros métodos más eficaces» y pone de evidencia un problema enquistado, «no se usa de manera correcta durante toda la relación», asegura.
El uso incorrecto del preservativo, es decir, no usarlo desde el principio o no usarlo durante toda la relación llega al 30%. Esto puede provocar que aumente el riesto de embarazo y de infecciones de transmisión sexual.
También se percibe que los jóvenes han perdido el mierdo a las enfermedades. «El tema de las infecciones de transmisión sexual está todavía más invisibilizado que el aborto», evidencia Renuncio. Cree que esto se debe a que no somos conscientes de cómo están aumentado.
«Con las infecciones de transmisión sexual lo que constatamos es una infravaloración del riesgo a futuro que pueden tener esas infecciones. Se ha banalizado el hecho de tener una infección de transmisión sexual porque, afortunadamente, hay muchas que son detectables y curables, pero hay otras que no son curables. Un herpes, el virus del papiloma o una hepatitis tendrán un tratamiento para los síntomas, pero ya van a ser crónicas». advierte Renuncio.
Se trata de un cambio generacional. En el contexto del VIH comenzó a haber una gran conciencia del uso del preservativo. Ahora que el virus puede llegar a ser una enfermedad crónica compatible con una vida común, no hay percepción de tanto riesgo por parte de los más jóvenes. «Eso también aumenta las relaciones sin protección, la falta de mentalización», lamenta.
La educación sexual es fundamental para abordar y atajar estos problemas que los profesionales sanitarios y de la sexualidad evidencian. Una realidad que se replica en la provincia de Burgos. Pero Renuncio advierte: «La educación sexual en el sistema educativo no es la apropiada. Debería ser algo transversal y progresivo a todo el sistema educativo y que en todos los niveles se diese una serie de fundamentos de educación sexual, tanto de anticoncepción como para evitar infecciones, como también abordar el aspecto sexoafectivo para prevenir riesgos y relaciones tóxicas».
Renuncio tiene claro que no se están dando a los jóvenes las herramientas adecuadas para enfrentarse a una relación tóxica, violenta, a una relación sexual incómoda, no deseada...
Ningún método anticonceptivo es infalible. Según la OMS, en condiciones reales la tasas de fallo del «preservativo masculino es del 18% , mientras que el femenino es del 21%». Con el método de barrera (preservativo) se evitan las infecciones de transmisión sexual, pero a la hora de prevenir embarazos es menos efectivo. En cambio, el resto de métodos va a prevenir con una tasa de eficacia mayor los embarazos. «El implante anticonceptivo es el método más efectivo, tiene una tasa de fallos al año del 0,05. Por su parte, el DIU hormonal tiene una tasa de fallo de 0,2% y de los de cobre es del 0,8%, mucho menor que las del preservativo», explica. Pero estos métodos no previenen las infecciones, por lo tanto, lo que se recomienda es «el doble método anticonceptivo». «Por un lado un anticonceptivo eficaz, el que la mujer decida, el que sea más eficaz para ella (pastillas orales, el implante, un DIU...). Y por otro, un preservativo. Son métodos no excluyentes, son complementarios», afirma.
Y esta falta de información, esta sensación de no saber enfrentarse a ello, el sentimiento de desamparo lleva a los jóvenes a buscar cómo tapar esas carencias. Y lejos de buscar la información entre sus profesores, adultos cercanos, profesionales sanitarios, lo que hacen es acudir a las redes sociales o internet. «Son los lugares prioritarios en los que buscan información anticonceptiva», analiza Abel Renuncio.
Abel Renuncio
Y esto supone un problema. «Los adolescentes son el sector de población que menos demanda información y asesoramiento anticonceptivo a su profesional sanitario. Como el sistema educativo tampoco les ha dado esa información, la buscan en internet. Y ahí encuentran los falsos mitos, los sesgos, la información errónea», reconoce este profesional de la sexualidad.
Y en esa búsqueda de información llega otro peligro añadido, la pornografía. Los riesgos son que se exponen a la violencia, sobre todo hacia las mujeres. Pero también que son personas sin bagaje ni conceptos básicos en cuanto a sexualidad y están viendo porno donde se idealizan y normalizan comportamientos peligrosos. «Pueden llegar a pensar que lo están viendo es realmente la sexualidad. Y, además, más allá de los problemas de género y de violencia, se ven relaciones con varias personas sin un preservativo. Y eso se normaliza. Y es un mensaje tremendamente peligroso», advierte Renuncio.
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