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«Mucho cabreo y mucha incertidumbre». Así define Consuelo Fontecha, presidenta de la Federación de Empresarios del Comercio de Burgos, la respuesta de los establecimientos burgaleses ante las medidas impuestas por el Gobierno para el ahorro energético. El objetivo es rebajar la demanda del gas en un 15% ... para reducir la dependencia a las exportaciones y si la meta es esa, el medio para conseguirlo es el comercio y la hostelería, los que parecen ser los más afectados por estos recortes. «Hay una pandemia y los que lo pagamos somos el comercio y la hostelería; hay una crisis energética y de nuevo los más afectados los mismos. O somos el problema de todos los males o somos la solución a todos los males porque si no, no se entiende», comenta la empresaria.
El hartazgo es notable entre el sector, cansado de asumir toda la responsabilidad y de hacer ese 'pequeño esfuerzo' que, según Consuelo Fontecha, se basa en medidas «cortoplacistas e improvisadas». «No sabemos hasta cuándo será ni cuándo empezarán con las sanciones, no digo que no haga falta hacer algo pero esto no tiene sentido», apunta. Una de las medidas obligará a poner cierres automáticos en las puertas de acceso para impedir que se queden abiertas permanentemente. «Nos hemos adaptado al covid, con todos los gastos que supuso. Un día teníamos que dejar todo abierto para ventilar, y al día siguiente todo cerrado», añade.
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Además de este mecanismo para evitar el despilfarro por «pérdidas de energía al exterior», se deberán incorporar carteles informativos para explicar las medidas de ahorro en los establecimientos así como para informar sobre las temperaturas y niveles de humedad. La media más criticada es, sin embargo, el apagón de los escaparates a partir de las 22:00 horas. «La medida que más daño puede hacer es las luces porque eso supone dejar las calles vacías por la noche. Si el invierno ya es duro para la hostelería, imagínate en estas condiciones», lamenta Fernando de la Varga, presidente de los Hosteleros de Burgos.
Apagón en los escaparates. Los establecimientos deberán apagar los escaparates y los sistemas de iluminación exteriores a partir de las 22 horas.
Puertas cerradas. Antes del 30 de septiembre, los establecimientos deberán tener instalado un sistema que mantenga las puertas cerradas.
Temperaturas. El aire acondicionado no debe estar por debajo de los 27 grados y la calefacción no podrá superar los 19 grados.
La cuarta medida y que genera también un amplio debate es la regulación de la temperatura: 27 grados el uso del aire acondicionado en verano y a 19 grados la calefacción en invierno a partir de la semana que viene. «¿En qué se parece la temperatura de Burgos con la de Sevilla?, o ¿es igual una tienda de 50 metros cuadrados que de 2.000 metros cuadrados? y ¿es lo mismo una tienda de alimentación que una de ropa?», se pregunta la empresaria. La hostelería, por su parte, tampoco encuentra sentido a una medida generalista que, según Fernando de la Varga, «siendo tan variopinto este sector y con temperaturas tan diferentes entre el norte y el sur, no encuentro la lógica».
Sin embargo, lo que más preocupa no es el gasto a mayores que se tendrá que asumir sino la repercusión que tendrán estas decisiones en el consumo. «Este plan energético afecta a la experiencia del cliente y por supuesto, tendrá efecto en las ventas», adelanta Consuelo Fontecha. Unas medidas que temen que perjudiquen al resultado económico de los negocios porque, tal y como apunta la empresaria, «hacen que nos asustemos y el miedo paraliza el consumo». Por el momento, el cliente banaliza sobre la situación y hasta bromea: «Van a decirme hasta a qué hora me tengo que tomar el vino».
Una vez superado el dilema de qué normas acatar, está la segunda parte: cómo hacerlo y cuánto costará. «No todo el mundo tiene técnicamente posibilidades de hacerlo», comenta Consuelo Fontecha. La inversión inicial lleva consigo la siguiente reclamación: «¿y eso quién lo paga?». El Ministerio promete ayudas para eficiencia energética destinadas a las empresas del sector terciario, aunque los establecimientos temen que sean ellos quienes asuman ese esfuerzo y la indignación se incrementa cuando «luego vemos los beneficios millonarios de las eléctricas».
fernando de la varga
Presidente de los Hosteleros de Burgos
A pesar de que entienden que la situación exige adaptar ciertas medidas, subrayan que llevan meses tratando de reducir el consumo no por un interés nacional sino por una necesidad individual. «¿De verdad el Estado cree que no hemos tomado todas las medidas posibles para bajar el coste energético tal y como está el precio de la luz?, al final es nuestro beneficio y llevamos desde octubre del pasado año a caballo entre el confort del cliente y el modo ahorro», asegura Consuelo Fontecha. Un argumento secundado por el presidente de los Hosteleros de Burgos quien añade que «nosotros ya teníamos hecho nuestro propio plan energético para ahorrar».
La limitación de la temperatura y el fin de la iluminación decorativa deberá adaptarse a partir del 9 de agosto, mientras que el cierre automático tendrá que estar listo antes del 30 de septiembre. «No llegamos a septiembre todos adaptados ni de broma, vamos a colapsar a los proveedores», añade Consuelo Fontecha. Una medida que pasa de puntillas, como apunta la presidenta de la Federación de Empresarios del Comercio de Burgos, para la venta online. «En vez de motivar el kilómetro 0 para reducir verdaderamente el consumo de energía, se va contra él». Un ataque contra lo que Fernando de la Varga define como el «consumo tradicional» que «se está perdiendo y en vez de ayudarle, se le machaca».
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