La solidaridad burgalesa con Ucrania no se frena. Tras los primeros movimientos espontáneos, coordinados por ucranianos residentes en la provincia, han llegado otras iniciativas, la más reciente, la plataforma Burgos con Ucrania, que recoge donativos económicos para programas de acogida de refugiados ... y ayuda humanitaria sobre el terreno. Y el GREM de Burgos no ha querido quedarse fuera.
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La Unidad Canina de Salvamento del Grupo de Rescate Espeleológico y de Montaña, con sede en Villafría, está recogiendo material sanitario para enviar a la ciudad ucraniana de Husiatyn, a unos cien kilómetros de la frontera con Polonia. Un envío de ayuda que están coordinando con el grupo de veteranos de Cascos Azules, que son los que les han pedido el material concreto que necesitan y gestionan la recepción en el país.
«En la ayuda humanitaria es fundamental la contraparte», explica Álvaro Martínez, el responsable del GREM de Burgos, para garantizar que toda la ayuda llega y es, además, útil. Por ese motivo, lo primero que hicieron desde la unidad canina fue recurrir a sus antiguos contactos en la ONU, para que les orientaran y les pusieran a su vez en contacto con organizaciones con las que poder colaborar.
Los veteranos de los Cascos Azules son «la opción más viable, por su experiencia en la guerra y en ayuda humanitaria, para meterla en Ucrania». Así que Martínez, que ya conocía a los veteranos de Suiza y Francia, contactó con la agrupación y desde allí se le remitió un listado de necesidades. Es una lista «súperconcreta y muy específica», de material sanitario o vinculado al ámbito sanitario.
Les han pedido desde kits de primeros auxilios y paquetes médicos individuales hasta agujas quirúrgicas, fármacos, vendajes, analgésicos, mantas o mascarillas para el hospital de Husiatyn. Incluso un monitor desfibrilador, que han conseguido en Valladolid, y otros equipos de supervivencia como linternas o chalecos antibalas. Son muy específicos y solo quieren que se les envíe aquello que reclaman, porque es lo que ahora necesitan.
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El GREM de Burgos ha estado contactando con entidades públicas y privadas para conseguir todos los productos y, de momento, han completado el 80% de la lista. Ahora toca clasificar la ayuda, empaquetarla y, lo más importante, ver cómo la envían a Ucrania, si pueden llevarla ellos o tienen que utilizar una empresa de mensajería. El problema es el coste del viaje, que se ha «disparado» con la subida de los carburantes.
«Son más de 2.000 euros por vehículo», apunta Álvaro Martínez, que recuerdan que el GREM es una agrupación de voluntarios, que subsiste gracias a la colaboración de las instituciones, aunque no siempre llega. El convenio con la Diputación de Burgos lleva sin pagarse desde 2020, lamenta, y además han tenido que asumir el coste de levantar nuevas perreras ante la reforma de la perrera municipal, con un coste de 5.000 euros.
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Ruth Rodero Gloria Díez
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Si quieren llevar directamente la ayuda, tendrán que pedir colaboración económica. Aun así, lo importante es poder ayudar desde Burgos y, a través de los Cascos Azules veteranos, saben que lo que envíen tiene un destino fijo: una ciudad concreta, un hospital determinado. Mientras, han contacto con colegas de las unidades de perros de rescate y salvamento y, de momento, todos han declinado la invitación de acogida pues saben que allí siguen siendo necesarios.
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