Exigen eliminar tramos ilegales y peligrosos y replantear parte de la red ciclista de Burgos

En esta ocasión ha sido la asociación Andando Burgos la que ha puesto en solfa una vez más el diseño de la red ciclista burgalesa, y más en concreto de once tramos sobre los que a su juicio se debería intervenir de manera inmediata para acabar con los habituales conflictos que se generan entre viandantes y ciclistas.

Se trata de once tramos, algunos de ellos «ilegales», repartidos a lo largo y ancho de la ciudad y que comparten todos ellos la misma tipología. Y es que, en todos los casos, sean antiguos o más contemporáneos, se trata de tramos de acera-bici, una «apuesta técnica que sólo debiera ser excepcional y que en Burgos ha adquirido un nivel predominante», reduciendo el «espacio peatonal» y generando «conflictos» día a día.

Ejemplos hay muchos, pero desde la asociación se ha puesto énfasis en aquellos que considera más peligrosos, como pueden ser el tramo de la Avenida de la Paz, el de la avenida de Cantabria, el del puente en el Camino Casa La Vega, el de la Cruz Roja, el de la carretera de Poza, el de la Avenida de Castilla y León, el de la avenida de Palencia, el de enlace entre San Lesmes y Dr. Fleming, el de Fuentecillas, el del cruce entre Islas Canarias y Victoria Balfé y el de la calle Vitoria entre San Roque y Santa Bárbara.

En este sentido, el colectivo insta al Ayuntamiento a meter mano en estos tramos de manera prioritaria, antes incluso de lanzarse a proyectar otros nuevos.

En muchos casos, Andando Burgos apuesta directamente por la eliminación del carril y su traslado a la calzada de manera segregada, siguiendo el ejemplo de las últimas obras realizadas en este sentido en Reyes Católicos o la calle Vitoria. Esa es, precisamente, la fórmula que más gusta también a los ciclistas, que consideran que es la más segura.

A mayores, desde Andando Burgos también se insta al Consistorio a abordar una actuación integral de mejora de la señalización de la red ciclista, con especial énfasis en los tramos más conflictivos, asociados generalmente a aceras-bici, y a potenciar el pacificado del tráfico para facilitar el tránsito de bicicletas por la calzada en las calles 30.

«No queremos ni deseamos que se den pasos atrás en la apuesta por este medio de transporte fundamental», pero «antes de avanzar en la apuesta por el desarrollo de la infraestructura ciclista, hay reconsiderar la existencia de algunos tramos y/o realizar mejoras en otros, especialmente relativas a la señalización», aseguran desde el colectivo al tiempo que exigen abrir el melón de la circulación bicicletas y patinetes por el centro histórico peatonal.

A este respecto, Andando Burgos comparte buena parte del análisis efectuado por los colectivos ciclistas e insiste en que la ordenanza de Movilidad «no resuelve» los problemas de convivencia en este entorno.

Así, en líneas generales, el colectivo peatonal considera necesario darle una vuelta a la normativa y permitir que «por donde pasan los automóviles, pase el resto de vehículos». Es decir, que aquellas zonas peatonales en las que día a día se ven decenas de coches y furgonetas también puedan ser usadas por ciclistas y usuarios de VMP, aunque con limitaciones de velocidad, horarios y circulación lógicas y bien definidas.

Máxime, insisten, cuando en realidad ya son decenas las bicicletas de reparto que transitan por esas zonas. «Es inconcebible que cualquier usuario de bicicleta no pueda transitar por el centro histórico y el reparto a domicilio, por el mero hecho de ser una actividad crematística, lo pueda hacer. Es un error flagrante de la ordenanza entre otras cosas, por ser un fenómeno en crecimiento. Apostamos por una regla general que trate por igual a todos los usuarios de bicicleta con soluciones muy claras de velocidad de circulación, zonas de circulación y horarios de circulación acompañado de las sanciones pertinentes de forma contundente», subrayan.