Juan Carlos Barriocanal mantiene medio abierto el Corona de Castilla. BC
Burgaleses ante el coronavirus

«Hay días que tienes la impresión de que este agujero no tiene final»

Juan Carlos Barriocanal, propietario de Corona de Castilla y Rey Arturo ·

Las restricciones derivadas de la pandemia obligan a hoteleros como Juan Carlos Barriocanal a tener sus establecimientos cerrados o dando servicios mínimos | La esperanza la tiene puesta en la vacunación, para que se vaya al miedo y poder reactivar el sector turístico

Lunes, 8 de febrero 2021, 08:10

La esperanza es lo último que se pierde, decían los sabios. Sin embargo, la pandemia de la covid-19 también la está poniendo a prueba. En especial, la esperanza de los hosteleros, que se han convertido en uno de los sectores más golpeados por la ... crisis sanitaria.«Estamos viviendo la pandemia con mucha preocupación, porque se está alargando más de lo que esperábamos y la situación para los hoteles es muy difícil y, en algunos casos, agobiante», afirma Juan Carlos Barriocanal, propietario de los hoteles Corona de Castilla y Rey Arturo.

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En su caso, mantiene cerrado el Rey Arturo, con toda su plantilla en ERTE, mientras que en el Corona de Castilla solo abren de lunes a jueves y, principalmente, para acoger a trabajadores que se tienen que desplazar por motivos laborales. «La normativa no nos obliga a cerrar, pero en la práctica sí», explica Barriocanal. Y es que «si se confina perimetralmente la comunidad, es muy difícil que llegue gente de fuera, por eso tenemos que cerrar los fines de semana». Además, el turismo de interior es «muy residual» y solo llegan, a cuentagotas, trabajadores.

Así que, como el resto de colegas del sector, Barriocanal tiene a la mayor parte de su plantilla (que ordinariamente está compuesta por 45 personas) en ERTE.Y la situación es complicada para todos, también para los trabajadores pues, recuerda, algunos no están cobrando la prestación a tiempo y «para la gente que va al día es un problema añadido importante». Aun así, Barriocanal no ha pensado en abandonar el negocio, cerrar definitivamente, pues confía en que se pueda retomar la actividad, aunque sea de manera ralentizada, en un periodo de tiempo no excesivamente largo.

«No me lo he planteado nunca y espero no tener que planteármelo», afirma. Eso sí, si esta situación durase más de un año o dos, todo se vería. Y es que se está haciendo mucho daño a los hoteles, y no solo ahora con las limitaciones de movilidad. Han sido innumerables las restricciones que han tenido que enfrentar, propias y ajenas, desde que se levantase el confinamiento. «Las bodas y cualquier tipo de evento está muy restringido, tanto en participantes como en número de ocupantes por mesa», así que estas limitaciones «hacen prácticamente inviable la celebración de eventos».

Con este panorama no de extrañar que el ánimo se encuentre algo voluble. «Hay días mejores, que lo ves con más optimismo, y días que lo ves todo negro y que da la impresión de que este agujero no tiene final», reconoce Barriocanal, si bien apuesta por confiar en que acabaremos saliendo, y espera que sea más pronto que tarde. Y la esperanza de los hosteleros está en la vacunación. Que se acelere el proceso y se llegue cuanto antes a la inmunidad de rebaño porque, será entonces, cuando «se dé paso a la pérdida del miedo y a la relativa normalidad».

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Ayudas directas

En el sector ya se emplaza para el verano, siempre y cuando «las vacunas se aceleren, porque va todo muy lento», asegura Barriocanal. Eso sí, esperan solo a familias, amigos y reservas individuales, pues «los grupos, el turismo de autocar, diría que está prácticamente perdido», viendo cómo evoluciona la pandemia dentro y fuera de España. De ahí que sigan exigiendo ayudas, que compensen los difíciles momentos que está viviendo la hostelería. «La salud es lo primero, sin salud no hay economía, es evidente», pero es un problema global que requiere de una solución global.

«No nos negamos a que los hoteles, la hostelería en general, sea el principal pagano de la pandemia pero sí que exigimos, y con todo el derecho, que se nos ayude», comenta Barriocal. Hostelería, la cultura, el comercio, son sectores que están pagando las consecuencias de la pandemia con «especial virulencia», simplemente por sus características de negocio. «Creo que tenemos derecho a pedir ayudas directas cuando nuestra actividad está muy restrictiva. Es como cuando uno tiene un solar y se lo expropian para hacer algo de interés público, tendrán que pagarlo», asevera.

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