El desbroce de los parques de Burgos continúa con el calendario previsto de años anteriores

Tras la polémica suscitada por el estado de algunos parques y jardines de Burgos donde la vegetación hace impracticable pasear en algunos puntos e incluso utilizar los bancos, el concejal de Medio Ambiente y Sanidad, Carlos Niño, ha aclarado que la siega y acondicionamiento de las zonas verdes de la ciudad se está llevando a cabo según el calendario previsto de años anteriores.

En este sentido, Niño ha reconocido que las intensas lluvias de esta primavera y las altas temperaturas de algunas semanas han favorecido un crecimiento exponencial de la vegetación muy por encima de lo habitual. Es el caso del parque de San Isidro, al sur de Burgos, donde la maleza alcanza más de un metro de altura, lo que ha suscitado denuncias de usuarios y vecinos al haber caminos impracticables e incluso bancos tapados por las hierbas.

Niño ha reconocido que el calendario sigue adelante y que las labores de acondicionamiento llegarán a cada zona según lo previsto, aunque en el caso de San Isidro hay varias parcelas que son privadas y el Ayuntamiento no puede actuar, por lo que su acondicionamiento estaría a cargo de los propietarios.

En este entorno de la zona sur, Niño afirma que la concejalía «sí se va a hacer cargo de esas zonas privadas que dan a las calles e invaden la calzada, se desbrozará esa parte cercana a las aceras», eso sí, se acometerán los trabajos «cuando toque, para que no crezca de nuevo en dos semanas».

Además, ha recalcado que hay zonas a las que los trabajos de desbroce no han llegado todavía pero en San Isidro «ya se está trabajando». También en el Castillo donde según Niño «se efectuará otra limpieza igual que en 2022» y en el cauce molinar, «en parte se está actuando ahora mismo y a lo largo del mes de junio se continuarán trabajando en las zonas que falten para segar».

Para zanjar la polémica y las críticas vertidas por el grupo socialista, Niño ha querido destacar que «hay que tener en cuenta que el desbroce se hace mejor cuando se agoste, en las zonas municipales se ha hecho igual que en años anteriores, en algunos puntos incluso se ha adelantado». Por este motivo, ha insistido en que hay que segar «cuando llegan al máximo las plantas para evitar también incendios».

Niño también ha expuesto la situación de los cenadores del Parral que «se van a remodelar para aprovecharlos porque Patrimonio Nacional no quiere quitarlos».

«Entiendo que es bueno que haya cenadores allí. Si Patrimonio decide hacer otros nuevos se pueden coger para aprovechar los que hay en otro parque pero, de momento, no hay esa intención», ha aclarado.

Al concejal le acompañaba este jueves Pablo Barbadillo, profesional botánico, que se puso en contacto con el Ayuntamiento para que no segaran una parcela cercana al HUBU «de interés medioambiental» al haber encontrado existen «unas especies interesantes».

En concreto dos especies de orquídea que no se veían en Burgos desde hace 22 años, según ha explicado Barbadillo.

Medio Ambiente realizó una rápida gestión para que una parcela quede sin desbrozar hasta que acabe el periodo de floración de estas dos plantas «de alto interés botánico». Barbadillo ha explicado que las dos orquídeas están acompañadas de 60 especies de flora vascular que crecen en esa superficie.

Considera que «algún vecino se podrá quejar pero esas plantas silvestres que crecen espontáneamente no son malas hierbas». Barbadillo ha declarado que «son parte del patrimonio botánico y aportan biodiversidad al entorno urbano, pueden ser objeto de disfrute y estudio pero sobre todo son el soporte vital de algunas comunidades de invertebrados, que son el alimento de mamíferos y aves urbanitas».

Para el botánico no tiene sentido intentar eliminar esas «malas hierbas» utilizando procedimientos no discriminantes, sí que «hay que mantener cierto control sobre la vegetación pero siempre hay que estar atentos a las posibles sorpresas como la que ha ocurrido esta explosión de floración de orquídeas».

A su pesar, ha reconocido que no han podido enseñar dónde se encuentran ni mostrar in situ estas plantas porque se han dado caso en otras ciudades de robo y vandalismo y, por este motivo, han querido evitar poner la zona y las orquídeas en el punto de mira.

Barbadillo ha recalcado que en el entorno de Burgos crecen muy pocas orquídeas, «solo cinco o seis especies en el entorno urbano». Y en zonas más naturales pueden llegar a 14 o 15, mientras que el número total de flora vascular en la provincia es de más de 2.600. Por eso defiende que conviene «dejar las plantas lo menos domesticadas posible» porque son fundamentales para la biodiversidad de las ciudades.

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