Una familia de cigüeñas obliga a frenar la recuperación de San Francisco

Las obras de las ruinas del Monasterio de San Francisco no se culminarán hasta que las cigüeñas abandonen el nido ubicado en la misma entrada por la que se tiene previsto que se pase al interior.

Así lo han asegurado fuentes municipales tras comprobar que en la actualidad no se pueden llevar a cabo los remates, debido a que la pareja de cigüeñas ha criado tres pollos y las tareas de remate afectarían a la cría.

La realidad es que, a día de hoy, sólo se han terminado algunas de las actuaciones previstas en el exterior, como es la colocación de la iluminación perimetral, que se ha realizado en las primeras semanas de mayo, cuando también se han realizado los rebajes de piso en la entrada y otras. Pero no se ha llevado a cabo ninguna tarea más de limpieza de la maleza exterior.

Precisamente, el paso del tiempo y la proliferación de agua ha cronificado la multiplicación de hierbas y maleza, sobre todo en las zonas que ya se habían limpiado. La maleza aparece entre las antiguas canalizaciones, el empedrado y en toda la ladera que da a la calle Azorín, afeando el entorno y provocando la aparición de colonias de mosquitos muy desagradables.

Alguno de los remates que se debe acometer es la colocación de protección que evite que caigan a la entrada del recinto las ramas que se desprenden del nido de las cigüeñas, alguna de ellas de proporciones importantes, con el daño que podrían causar en el caso de golpear a alguna persona.

También está a falta de colocación de la barandilla en la entrada, la mejora de las laderas y los cierres que dan a la plazoleta de San Francisco y Azorín, entre otras obras menores.

Fue en los primeros días del mes de julio del año pasado cuando el responsable de Hacienda y Patrimonio del Ayuntamiento de Burgos, Ángel Manzanedo, firmaba la adjudicación a Aibur Restauraciones, que ya se había hecho cargo de otras obras en este monumento anteriormenet, por un importe de 185.130 euros.

La ciudadanía ya podrá disfrutar, una vez queden terminadas y consolidadas las ruinas, de un espacio nuevo en una zona que carece de infraestructuras culturales. El recinto se podrá usar para actos culturales y sociales. La zona será ajardinada y se ha adoquinado su interior.

Hace tres años ya se acometió una restauración parcial con 43.600 euros de inversión. La obra se concretó en frenar su deterioro que por entonces amenazaba con caerse, consolidar la fachada para evitar desprendimientos, se recolocó el nido de la cigüeña y se limpiaron todos los grafitis de las fachadas y alrededores.

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