Observar, esperar, apuntar y constatar que «en Burgos se exceden con demasiada frecuencia los límites de velocidad». Esa es la conclusión a la que han llegado desde la Asociación Andando Burgos tras estudiar una docena de calles de la ciudad con prohibición de circular a ... más de 30 kilómetros por hora.
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El trabajo de campo realizado mediante distintos radares pedagógicos distribuidos por varias vías de la ciudad durante este mes de diciembre ha permitido refrendar esa afirmación con datos e imágenes. Con un análisis basado en la mera observación, desde Andando Burgos han podido confirmar que «la velocidad de buena parte de los automóviles sigue siendo inadecuada».
«Si bien se observa que el comportamiento de los conductores es tendente a la reducción de velocidad ante la presencia de estos elementos, lo cierto es que las velocidades se detectan varios metros antes, reflejando el comportamiento real de circulación», explican desde la asociación para concluir que «toda vez se superan estos elementos, los coches retoman la velocidad de entrada al tramo y, por tanto, siguen circulando a velocidades inapropiadas».
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El estudio que ha llegado a estas conclusiones se ha desarrollado en Calle Arles, Avenida Castilla y León, Calle Juan de Ayolas, Calle Conde Lucanor, Calle Vicente Aleixandre, Avenida Independencia, Calle León, Paseo de los Pisones, Calle Pozanos y Calle Averroes, además, de Esteban Sáez de Alvarado y el Bulevar Ferrioviario.
En la penúltima, Andando Burgos ha mostrado preocupación por la dispar velocidad observada entre vehículos que circulan por la misma calzada así como «adelantamientos peligrosos que ponen en riesgo la vida de los viandantes».
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En la última, desde la asociación han notificado que «en horas nocturnas o fines de semana es habitual ver vehículos que circulan a gran velocidad» e incluso «velocidades inadecuadas en el carril bus, reservado para circulación tanto buses de servicio urbano, como de servicio discrecional y taxis. »En este sentido, creemos pertinente señalar que la prioridad de circulación, que también defendemos, no es sinónimo de permiso para incrementar la velocidad«, critican.
Con todo lo analizado en este estudio, Andando Burgos hace un llamamiento para que los conductores burgaleses «moderen la velocidad de sus vehículos dada la gran importancia que tiene la reducción de éste factor para salvar vidas y que motivó justificadamente el cambio de límites de velocidad en vías urbanas a través del Reglamento General de Circulación a través del RD 970/2020 de 10 de noviembre».
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En esta línea, la asociación ha recordado que este no es el único factor para reducir, por ejemplo, la creciente cantidad de atropellos que se producen en la ciudad y que existen otros condicionantes «que siguen sin abordarse de forma decidida y sistemática». Entre ellos, Andando Burgos enumera el problema de la visibilidad en las proximidades de los cruces peatonales o la iluminación nocturna.
«La pieza fundamental es el diseño de las vías de circulación, que siguen, en gran medida, adaptadas a las necesidades vehiculares«, subrayan para concluir con un mensaje al Consistorio burgalés. »Instamos al Ayuntamiento de Burgos a que realice un estudio generalizado de la velocidad y siga planteando medidas tanto para reducir ésta, como para paliar sus graves consecuencias«.
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