La comunidad ucraniana de Burgos recoge cerca de 400 kilogramos de donaciones en dos días

«Lo que más urge ahora es comida enlatada, infantil y cosas de curación básicas como vendas, agua oxigenada, Betadine...», enumera Vasil Sloyko, ucraniano afincado en Burgos, mientras se afana juntos a otros compatriotas en colocar y ordenar en cajas las provisiones que les hacen llegar los burgaleses en las dependencias cedidas de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario.

Ayer por la tarde recibieron una «gran aportación» que llenó el coche de Vasil de medicamentos y juguetes donados por una farmacia de la Avenida de los Reyes Católicos de la capital. «Nosotros hemos dado lo que hemos podido. Hemos empaquetado analgésicos, anitbióticos, alimentación infantil, pañales y demás cosas de la farmacia», apunta una de las trabajadoras.

Además, a título particular, también han entregado juguetes y otros enseres. «Es lo menos que podemos hacer», reconocen. «Estamos muy agradecidos, es una grandísima ayuda», responde abrumado Vasil, que comunica que «tienen bastante ropa de invierno pero ahora necesitan más comida, alimentación infantil como leche en polvo, pañales o cosas de higiene personal y femenina».

Todas estas demandas llegan desde Ucrania, donde las noticias siguen siendo preocupantes. «Han aumentado la cantidad de trenes para evacuar a la gente pero se llenan muy rápido, no son suficientes. Hay gente que tiene mucho miedo a salir y prefiere quedarse en casa a arriesgarse a huir por carretera y encontrarse militares rusos o bombardeos aéreos», expone sobre los testimonios que le llegan desde su país.

Desde aquí, el joven informa que las comunidades ucranianas de España se están coordinando para realizar envíos con todo tipo de ayuda humanitaria. En concreto, está en permanente contacto con una familiar que se encarga de recoger las aportaciones en León para organizar un envío a Barcelona, donde un camión transportará las donaciones a la frontera polaca para introducirlos en Ucrania.

«Estamos negociando cómo trasladar las cosas desde aquí. Igual voy a León para traerme las aportaciones que haya para que el camión o furgoneta que venga no tenga que hacer dos paradas», elucubra Vasil sobre la manera de agilizar el proceso para agilizar el envío de los víveres.

Mientras avanzan en la búsqueda de transporte, la comunidad ucraniana sigue recogiendo enseres y útiles que les hacen llegar. «Mis compañeros han venido de hacer una ruta por pueblos donde nos han aportado muchas cosas y han traído una furgoneta llena», explica Vasil, que agradece la colaboración y el apoyo recibidos