Carga y descarga y aparcamiento, caballos de batalla del comercio en el centro

La Asociación Centro Burgos. Centro Comercial Abierto comparte la necesidad de regular la carga y descarga, en cuanto a horario y fórmulas. «Varias horas por la mañana y tres cuartos de hora por la tarde me parecen suficiente», apunta la gerente, Belén Marticorena. Sin embargo, piden que se tenga en cuenta las particularidades del comercio local.

Ahora, la teoría dice que debe hacerse con vehículos serigrafiados, pero la mayor parte de los comercios solo disponen de sus vehículos particulares. Hay un acuerdo con el Ayuntamiento, que tiene registrados todos esos vehículos y, durante las horas de carga y descarga, el comerciante puede acercar su mercancía al local.

Marticorena apunta que este tipo de regulación, más pensada para hostelería y grandes comercios, limita la implantación de nuevos negocios en el centro. Como lo hace también el hecho de que no sea flexible para adecuarse a negocios como las tiendas de decoración, que no pueden instalarse en la zona centro por la limitación en la carga y descarga.

«Las están echando del centro», asevera Marticorena, quien considera que debería existe algún permiso especial, controlado, tanto para los comercios como para el cliente. Un cliente que, a menudo, es olvidado por la administración, , lamenta la gerente. Las peotonalizaciones están bien, pero el usuario no puede llegar al centro solo a pie, en bici o en bus.

Los comerciantes del centro insisten en que se debe facilitar y promoer el aparcamiento también como forma de incentivar el comercio local. Mientras en otras ciudades los ayuntamientos aportan vales para los aparcamientos, en Burgos ese dinero sale de los propios comerciantes. Tampoco han conseguido poder ofrecer viajes de bus gratuitos y a la O.R.A no le interesa llegar a ningún acuerdo pues le sobran usuarios.

Son estos dos de los principales problemas a los que se enfrenta el comercio de la zona centro, una vez se ha conseguido garantizar la seguridad en los establecimientos. Trabajan con la Policía Nacional y no tienen queja, admite Marticorena. Hay momentos de repunte de hurtos, como el que se vive ahora o el que afectó semanas atrás a las ópticas, pero en general se sienten seguros.

Donde hay alguna queja más en la limpieza viaria, que escasea en cuanto dejas las calles principales, denuncia la gerente. Y por lo que se refiere a la recogida puerta a puerta, una vez se han ajustado los horararios, tampoco hay quejas. «Los comerciantes son muy disciplinados, el mayor problema se tiene con la hostelería», admite Marticorena.