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Callejeando por Burgos

Calle de la Paloma, en otro tiempo de la Cerrajería

Tiene su nombre debido a la existencia de una pequeña talla en piedra de la Virgen de la Paloma. Primero fue calle de la Cerrajería y su tramo final, de la Espadería

Miércoles, 11 de octubre 2023, 07:43

La calle de la Paloma empieza en el cruce entre la calle Laín Calvo y Cardenal Segura. Termina al inicio de la plaza del Rey San Fernando, justo a los pies de la Catedral. Antiguamente esta calle recibía el nombre de Cerrajería, porque aquí se ... instalaron artesanos del gremio de los cerrajeros de la ciudad.

También se accede por los arcos que vienen de la calle Sombrerería y de la plaza Mayor, así como desde la calle Diego Porcelos y desde la Llana de adentro por un pasaje estrecho desde la Llana de Afuera.

Hoy es una calle muy comercial, repleta de terrazas y establecimientos de hostelería, así como de otros tiendas dedicadas a la venta de recuerdos de la ciudad y regalos.

Se le dio el nombre de calle de la Paloma por la talla en piedra que figura en lo alto de una de las paredes laterales de la Catedral, en concreto, junto a la ventana del Archivo del templo burgalés. En el siglo XV, la parte final de esta calle era conocido también como el de la Espadería por el oficio de estos artesanos de Burgos

Muchos burgaleses recordarán que una de las alas del claustro bajo de la Catedral, estaba abierto al público, a los peatones, sobre todo, en los días de lluvia, en los que este pasaje servía para resguardarse y pasar desde la calle de la Paloma hasta la plaza del Rey San Fernando.

En la esquina con Diego Porcelos existía una capilla titulada del Santo Sepulcro entre los siglos XV y XVI. Esta capilla contenía un crucifijo de gran tamaño y un 'Ecce Homo'. En el año 1525, el Cabildo de la Catedral otorgó una licencia para fundar este templo y en él una cofradía bajo la advocación precisamente del Santo Sepulcro, sin embargo 70 años después se decidió abandonar esta capilla porque no resultaba cómoda para la realización de procesiones con el Santísimo, ni para las solemnidades religiosas.

Según el historiador Gregorio Carmona, esta calle tuvo un capítulo sangriento. Según relata en su libro Rúas Burgense «desde las ventanas altas de la casa del comendador Ruiz de Mota, se realizaron en 1541, unos disparos con un arcabuz. Los culpables por los hermanos Juan y Martín de Cartagena, contra Juan de la Peña, que se hallaba en el husillo de la iglesia». Ese suceso conmocionó a la ciudad y uno de los inculpados pudo escapar tranquilamente de la ciudad sin recibir castigo.

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