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Los burgaleses disfrutan del café de media mañana de una manera diferente. PCR

Los burgaleses salen a la calle pese a la amenaza de lluvia y la falta de hostelería

La actividad de las terrazas se ha sustituido por las colas para las comandas para llevar y las compras en establecimientos | Los burgaleses siguen haciendo corrillos para tomarse un café 'para llevar'

Sábado, 7 de noviembre 2020, 13:55

El primer sábado de las nuevas restricciones impuestas por la Junta para frentar la pandemia, que incluyen el cierre de la hostelería, deja imágenes variadas en la mañana burgalesa. Los ciudadanos no se han quedado en sus casas, pese a la amenaza constante de lluvia, ... y las calles presentan un buen ajetreo de personal, paseando o realizando compras. Lo único que se ve vacío es el entorno de bares, cafeterías y restaurantes, y no en todos los casos, pues las comandas para llevar están teniendo éxito.

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Los cafés, con pincho o sin pincho, para llevar están siendo los protagonistas también en esta mañana de sábado. Colas a las puertas de los establecimientos que los ofrecen y corrillos de burgaleses que, en lugar de tomárselo en una terraza, se lo toman de pie o sentados en algún banco. También se ven cafés para llevar mientras se pasea por las calles del centro, y lo mismo ocurre con otros productos de alimentación, que se adquieren para consumir 'en camino'.

Muchas colas se ven también para acceder a los comercios abiertos, ya sean zapaterías, tiendas de ropa, establecimientos de decoración, perfumerías, administraciones de lotería o comercios de alimentación. Y, de nuevo, muchos corrillos. Gente que se encuentra en la calle y se queda hablando, poniéndose al día. Quién sabe si, con la hostelería abierta, serían consumidores potenciales, pero ahora todo queda en echar una parlada en plena calle, si la lluvia lo permite.

A medida que el día avance, que el comercio vaya cerrando sus puertas y se aproxime la noche, se dejarán notar las consecuencias del cierre de la hostelería. Cuando a los burgaleses solo les quede la opción de pasear, y el tiempo no acompañe, las calles se irán vaciando antes de lo estipulado por el toque de queda. El bullicio hostelero no se disfrutó ayer noche, como tampoco se hará hoy ni en la jornada del domingo, en la que el vermú y las quedadas de tarde tendrán que buscar otras alternativas.

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