El pavimento de la iglesia, primera actuación en el monasterio de San Juan

Las obras previstas en el Monasterio de San Juan de Burgos empezarán por el solado y la pavimentación de la superficie de la antigua iglesia del cenobio. En la actualidad, el suelo de la nave está muy deteriorado; es de mortero de cemento como material general y la actual cobertura, aunque genera un gran espacio cubierto, genera otro abierto, que no acaba por preservar el pavimento.

De esta manera, está expuesto a las inclemencias meteorológicas como el viento racheado lateral, que permite la entrada del agua. La actuación se va llevar a cabo en una superficie total de 1.097 metros cuadrados.

Las obras van a consistir en el desmontaje del pavimento de piedra y canto existente incluido su mortero de agarre y la solera inferior. Se realizarán zanjas a máquina para nuevas redes de saneamiento y electricidad y telecomunicaciones. Se van a realizar catas arqueológicas alrededor de las bases de los pilares antiguos de la nave, y en la capilla de los pies de la nave lateral del evangelio.

Acto seguido se colocará el pavimento de losas de piedra de granito de ocho centímetros y gran formato con mortero. y para acceder a la zona actual del presbiterio, se rebajará con cerámica y forrado de piezas de granito de gran formato.

En el interior se prevé la instalación de un sistema de preinstalación de una red de doble tubo de calefacción radiantes.

El proyecto fue redactado por 'Made V Arquitectos' y aprobado por acuerdo de la Junta de Gobierno Local de 30 de mayo de 2024. La actuación está financiada por el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y su presupuesto de licitación como límite máximo del gasto asciende a 416.434,14 euros.

El monasterio fue una fundación de Alfonso VI y su esposa, a finales del siglo XI. En 1437, se vincula a la Orden de San Benito el Real de Valladolid. Sufrió un gran incendio en 1537 que deja las instalaciones reducidas a cenizas y se opta por su reconstrucción; con la Desamortización de Mendizábal en 183, el monasterio desaparece.

Pasará a ser cárcel, cuartel de Artillería y otras dependencias militares. En pleno siglo XX, el Ayuntamiento lo recupera y lo dota de diferentes servicios a lo largo del tiempo

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