La Ordenanza de Movilidad en vigor, con aplicación laxa en las novedades más polémicas

La reducción a 30 km/h del límite de velocidad en las vías de un carril por sentido no se podrá aplicar hasta que no se cuente con la nueva señalización | Se iniciará una campaña informativa para dar a conocer las novedades de la ordenanza

Lunes, 27 de enero 2020, 17:21

Burgos ya cuenta con Ordenanza de Movilidad. Con la publicación en el Boletín Oficial de la Provincia, el pasado viernes, entró en vigor la nueva normativa, que incluye algunas novedades de especial interés para los burgaleses, como las nuevas velocidades máximas en vías de ... un carril por sentido, la creación de áreas de tráfico restringido o las paradas a demanda en los buses de la red municipal.

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La Ordenanza de Movilidad es ya de aplicación, recuerda el concejal Josué Temiño, si bien reconoce que algunas partes de su articulado todavía no se pueden aplicar pues faltan los recursos para ello. Por ejemplo, las cuestiones relativas a la Carga y Descarga están en vigor, y se deben de cumplir. No ocurre lo mismo con las limitaciones de velocidad, pues falta la señalización.

Para que se pueda sancionar a aquellos vehículos que circulen a más de 30 km/h en vías de un único carril por sentido se tienen que cambiar toda la señalización, tanto la de los accesos a la ciudad como la que se ubica en el casco urbano. Y, mientras esos cambios no se produzcan, se podrá seguir circulando a 50 km/h, aunque se va a realizar una campaña informativa para ir concienciando a los conductores.

Una situación similar se da con las áreas de tráfico restringido, definidas en el centro de la ciudad para la convivencia entre peatones, bicicletas y patinetes (además de Carga y Descarga y vehículos de emergencias). Ya están concretadas, mediante decreto de Alcaldía, pero no se han marcado los itinerarios, así que su aplicación estará condicionada a la colocación de las señales.

Sin embargo, otras medidas como las relativas a las limitaciones en el uso de bicicletas o patinetes están plenamente en vigor, recuerda la concejal de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero. Y es que todo aquello que no requiera de elementos complementarios, como la señalización, ha entrado en vigor el pasado viernes y el incumplimiento, en la medida que corresponda, es sancionable y será sancionado.

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Ello no evita para que el Ayuntamiento vaya a iniciar una campaña informativa, con buzoneo, dípticos en espacios públicos, vídeos en redes sociales y salas de cine o información en la calle, también con la colaboración de la Policía Local, sobre las novedades que pueden generar más incertidumbre: los nuevos límites de velocidad, las áreas de tráfico restringidas, las bicicletas y VMP (vehículos de movilidad personal) y las paradas a demanda.

De hecho, en los autobuses urbanos ya se han colocado carteles informativos sobre las cuestiones a las que afecta directamente la nueva Ordenanza de Movilidad, y los conductores ya están informados de los cambios y novedades, afirma Temiño. Algo que dudan en el Partido Popular, que tres días después de la entrada en vigor, lamenta la falta de previsión del equipo de Gobierno.

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«Incertidumbre»

Jorge Berzosa afirma que ni los autobuses están cumpliendo, aunque sea para dar ejemplo, los límites de velocidad máxima. También falta un protocolo para las paradas a demanda, pues todavía no se sabe cómo se pueden pedir, cuándo se deben de pedir y con qué motivos. Berzosa asegura que ya se han dado algunas uejas, por ejemplo, por el hecho de que no se permita subir un VMP al bus pero sí una bici plegada.

Y el concejal del PP se pregunta cómo se van a gestionar los itinearios compartidos entre peatones, bicis y patinetes, sobre todo cuando el último decreto de Alcaldía no se ha hecho público. En él se limitan las áreas sobre la propuesta inicial, quedando vincualdas a las calles Fernán González, Concordia, Avellanos, San Lesmes, Gran Teatro, plaza Alonso Martínes, Puente Bessón, Pasarela de la Evolución y Paseo Sierra de Atapuerca, y con limitaciones.

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Para Berzosa, lo lógica habría sido incluir en la ordenanza una disposición adicional que retrasase su entrada en vigor, una vez publicada, el tiempo suficiente para acometer las modificaciones que se precisaran en señalización. De este modo, habría dado tiempo también a realizar una campaña informativa y, cuando entrase en vigor, los ciudadanos dispondrían de todos los elementos a su alcance para evitar situaciones de incertidumbre.

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