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Las negociaciones siguen adelante, con discreción y sin ningún tipo de presión. Ni siquiera la que pudiera ejercer Ciudadanos, a tenor de las declaraciones que realizó el miércoles Francisco Igea, en las que se mostraba favorable a un acuerdo con el PSOE para sacar ... adelante los presupuestos del Ayuntamiento de Burgos para 2020. Y también, en las que dejaba libertad al Grupo Municipal para que tomase el acuerdo que considerase más adecuado, asegurando que la formación lo respetaría.
Vicente Marañón ha asegurado que ni él, como portavoz del Grupo Municipal, ni sus compañeros se han sentido presionados por las palabras del líder regional de Ciudadanos. A su modo de ver, las declaraciones de Igea «son el típico comentario de un compañero de partido que trata de echar una mano», no intenta presionar ni dirigir la negociación, insiste Marañón.
Además, el portavoz de Cs en el Ayuntamiento recuerda que «es evidente» que para la ciudad es mejor que haya un presupuesto. Así lo han indicado en diferentes ocasiones en Cs, que además apoyó al PP en los presupuestos del primer año completo de mandato. Sin embargo, eso no quiere decir nada, pues las negociaciones siguen abiertas y, como afirmaba ayer la portavoz del PSOE, Nuria Barrio, «no van mal» y se mantienen conversaciones «con absoluta cautela».
Esa es la máximas, la discreción. Y cuando haya un desenlace, sea cual sea, se darán los destalles y las explicaciones, afirma Marañón. Eso sí, el portavoz de Cs deja muy claro que las negociaciones se circunscriben exclusivamente al presupuesto; no se ha hablado de que Cs pueda entrar en el gobierno municipal, algo que Daniel de la Rosa viene ofreciéndoles desde el principio del mandato.
«Si hay un acuerdo, Cs seguirá en la oposición», afirma Marañón a BURGOSconecta, matizando que ello signfica que no van a entrar en el gobierno municipal pero que, obviamente, si existe un acuerdo les ayudarán a ejecutar todo lo contenido en el presupuesto municipal. De momento, las conversaciones van fluidas, en un ambiente de confianza mutua y franqueza, afirma, con Daniel de la Rosa.
Y van en plazo, aunque consumiendo tiempos. El alcalde ya afirmó hace algunos días que se marcaba como fecha «tope» finales de febrero, para intentar llevar el proyecto de presupuestos a un pleno extraordinario para su aprobación inicial. Y en Cs reconocen que febrero debe ser el mes clave para tomar una decisión y decir si hay acuerdo o no. Además, Marañón tiene claro que «Cs no va a secuestrar la ciudad». Es decir, que no van a marear la perdiz, si hay acuerdo se comunica y se firma y, si no lo hay, se suspenden las negociaciones.
Vicente Marañón también insiste en que, como cualquier otro grupo municipal, tienen libertad de maniobra política. Eso no quiere decir que vayan a llegar a un acuerdo importante, como el que sería para los presupuestos de 2020, sin que lo sepa el partido. Cs tiene que saber qué se negocia, con quién y en qué términos, pero sin presiones. Tampoco reconoce Marañón instrucciones, aunque la política municipal no es ajena a la política nacional, o la regional, y hasta ahora Cs ha estado más próximo a las fuerzas de derecha que a las de izquierda.
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