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La nueva ordenanza de terraza, tras meses de intenso trabajo, estaba a punto de aprobarse definitivamente el pasado mes de marzo. Ya se habían cubierto todos los trámites y solo quedaba que el pleno del Ayuntamiento de Burgos diese el visto bueno para poder entrar ... en vigor. Sin embargo, la declaración del Estado de Alarma y el confinamiento domiciliario paralizaron el proceso y, ahora, casi un año después, se abre la puerta a una revisión del documento.
El concejal de Licencias, Julio Rodríguez-Vigil, asegura que con la pandemia de la covid-19 se han visto deficiencias y defectos que, a su juicio, pueden enmendarse abriendo un nuevo trámite de alegaciones. Se trataría de volver a escuchar a los hosteleros, analizar sus reivindicaciones y plantear una nueva ordenanza de terrazas menos «restrictiva» que la actual, aunque siempre «salvaguardando el interés público» y el de los vecinos de Burgos, ha afirmado el dil.
Por ese motivo, Rodríguez-Vigil mantuvo este viernes una primera reunión con los hosteleros, en la que le plantearon todas sus reivindicaciones. El colectivo apuesta por una mayor libertad en la composición y estética de las terrazas, sin rechazar la apuesta que la nueva ordenanza hace por la homogeneización de diseños, pero evitando que al final hay un único modelo de terrazas y veladores, que pueda crear un monopolio empresarial que encarezc las inversions.
Así, los hosteleros plantean que exitan diferentes modelos de mesas, en cuanto a colores y diseño, por ejemplo, y lo mismo para los cerramientos. Que exista una homogeneidad en la ciudad pero con ciertos matices, explica Rodríguez-Vigil. Siguen insistiendo en que se pague por los metros cuadrados de terraza ocupada y no por número de veladores, algo que se recoge ya en el nuevo documento, para que el hostelero pueda organizar la terraza incluso con elementos que no sean extrictamente mesas y silla. Y reclaman que se contemple un mueble de apoyo para los camareros.
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También que se permita el consumo en las mesas de fumadores y que, para favorecer el uso de las terrazas en las épocas del año menos propicias, puedan darles servicios de luz par la instalació de los calentadores. Ahora, a los hosteleros no se les permite ni hacer rozas para llevar las conducciones eléctricas ni meterlas por las cubiertas o los laterales de la terraza. La propuesta del sector es realizar conexiones directamente a farolas o abrir rozas en el suelo, cuyo coste asumiría siempre el hostelero.
Uno de los puntos candentes de la ordenanza de terrazas es el tamaño de las mismas y, sobre todo, su ubicación. La ordenanza prohibe las terrazas pegadas a la fachada, para garantizar el paso de peatones, y su tamaño esta limitado a la superfice propia del bar, de modo que los más pequeños tienen derecho a menos metros cuadrados de terraza que los grandes. Además, la longitud de la terraza la marca la propia fachada del establecimiento.
Por ese motivo, los hosteleros demandan poder pegar las mesas a las fachada y, en caso de que no se les permita, que no se tome la fachada como referencia para la longitud de la terraza. En este caso, y para evitar las protesta de negocios aledaños por invasión de sus espacios, el concejal propone un modelo en forma de trapecio. Es decir, que la terraza se distancie de la fachada, ocupe la longitud de la misma pero vaya ampliándose en diagonal, lo que permitira contar con mayor superficie en la zona más alejada a la fachada.
Entre las reinvindicaciones se encuentra también poder anclar al suelo las estructuras cubiertas, que se podrían recoger en momentos puntuales del año como los Sampedros, o elevar las cristaleras transparentes de los cierres perimetrales a dos o dos metros y medio. «No tiene por qué haber efecto túnel, porque son transparentes y el aire entra«. También reclaman revisar la norma que obliga a poner todas las terrazas en un mismo lado de la calle en las vías que son estrechas, para evitar recorridos en zig-zag, y que puedan dejar recogidas las terrazas por la noche en la calle, apiladas en la vía pública.
En la lista presentada a Julio Rodríguez-Vigil se cuentra también sacar la regulación de los toldos de las fachadas del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y que en el caso de las terrazas ubicadas en suelos privados pero de uso público no tengan que pagar dos veces: una, la tasa correspondiente al Ayuntamiento y otra, lo que les cobra la comunidad de propietarios. Que se pague un único uso a los propietarios del suelo.
El concejal Julio Rodríguez-Vigil ve «viables» muchas de esas reivindicaciones, además de lógicas, aunque recuerda que hay que analizarlas con los técnicos y con el resto de concejales. Por ese motivo, el edil ha pedido a los hosteleros que le pasen por escrito las propuestas, como modelo de redacción para la ordenanza, y se analizarán en Licencias. Eso sí, no todas las cuestiones son de su competencia, pues lo relativo a sacar la regulación de toldos del PGOU o el tema de la ocupación de suelo privcado de uso público no corresponde a Licencias, sino a otras áreas municipales.
Aun así, Rodríguez-Vigil afirma que «lo voy a luchar». Se compromete a echar una mano a los hosteleros para que la ordenanza de terrazas incluya el máximo número de sus reivindicaciones, «porque ya han sufrido bastante». La idea pasa por estudiar las alegaciones, incluir aquellas que sean factibles y volver a sacar a información pública la ordenanza para su aprobació definitiva, pero modificada. «Los hoteleros tienen ahora que levantar sus negocios como sea; hay una gran cantidad de familias que dependen de la hostelería», explica el edil.
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