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Pegado al teléfono se pasó la jornada de este martes el presidente de la federación provincial de hosteleros de Burgos, Fernando de la Varga. Por la mañana, llamadas con los representantes de la Junta de Castilla y León, de las que solo obtuvo «buenas palabras ... y mensajes de ánimo»; por la tarde, con los sindicatos, quienes tendieron su mano para ir juntos ante un nuevo cierre de la hostelería, el tercero en menos de un año, aunque en esta ocasión se podrán abrir las terrazas. «Imagina como está la situación para que la patronal y los sindicatos trabajemos juntos. Con eso digo todo», recalca De la Varga.
Y la situación no es muy halagüeña en la hostelería de la provincia de Burgos, que desde este miércoles ha vuelto a cerrar el interior de sus locales. Una nueva estocada para un sector que ha visto cómo el 20% de sus locales ha tenido que echar la persiana para siempre. «Y lo que es peor, en los próximos meses, habrá un mayor flujo de cierres. Mucha gente ya se está buscando alternativas. Psicológicamente les está afectando y están viendo que la hostelería como se entendía, tiende a desaparecer. Ahora buscan otro refugio laboral», describe el presidente de la federación provincial de hosteleros.
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BURGOS conecta
Unos cierres que siguen sin entender los propios hosteleros, sobre todo que solo les dejen trabajar las terrazas en pleno invierno. «Murcia, con una temperatura media de 12º en este mes, cierra interior y exterior; y nosotros, con una media de 0º, dejamos las terrazas. Eso lo hacen por los ERTE. Si cierran todo, paga el Gobierno; y si dejamos las terrazas, paga el empresario. No tiene sentido», lamenta De la Varga, que valora, junto con la federación, tomar nuevas medidas. «Está claro que el siguiente paso será más llamativo, porque la gente está más alterada. Llamaremos la atención de una forma más severa. Hemos ido de forma educada y haciendo bien las cosas y solo hemos recibido la respuesta de imponer normas. Esas no son las formas de tratar al sector», continúa.
Y es que la hostelería afronta «el mazazo definitivo». «Si antes había opciones de que se mantuvieran negocios, ahora esas dudas se han disipado. Estamos acostumbrados a que no sea un cierre de 15 días y la situación ya es insostenible», incide De la Varga, que lamenta las decisiones que han tomado los políticos en los últimos meses. «No han tenido mano dura con los ciudadanos que no han cumplido con las normas. Eso ha provocado que muchos hayan campado a sus anchas y la única forma que han tenido de controlar ese ocio social ha sido cerrando la hostelería. No se nos ve como un elemento causante de la pandemia, pero nos han cerrado para que un porcentaje de la población se confinara, ya que no han sido capaces de hacerlo con sus medidas», añade.
Este nuevo cierre de la hostelería afecta a Burgos, siendo una de las provincias de la región con menos incidencia acumulada. Esto también ha suscitado polémica entre los hosteleros. «No estamos para tirar cohetes, pero estamos a años de luz de otras situaciones que se han dado. El señor Igea ha cambiado el criterio y ha hecho un confinamiento regional. En Burgos hemos tenido confinamientos perimetrales de la ciudad, restricciones especiales en la ciudad... Ahora, que estamos con los mejores datos de la región, también sufrimos esas medidas. Me cuesta entender los criterios de Igea», concluye Fernando de la Varga.
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