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El Ayuntamiento de Burgos buscará no tener que pagar más dinero del ya invertido en la reforma de la Plaza Santiago en el arreglo de las goteras todavía pendientes y las grietas en el pavimento de superficie. Y, para ello, la Junta de Gobierno ... Local acaba de aprobar la declaración de la lesividad de la recepción de los trabajos en septiembre de 2021.
El vicealcalde de Burgos, Vicente Marañón, ha asegurado que es un «paso que había que dar» de cara a conseguir que la obra «esté rematada en condiciones», tanto desde el punto de vista técnico como desd el estético. Y que la solución planteada sea «duradera». Actualmente, quedan tres goteras sin arreglar y en la superficie de la plaza las juntas de dilatación son «anchas».
La decisión de declarar la lesividad del acto de recepción se sustenta en que «la obra recibida no se corresponde con la contratada», ha indicado Marañón, sin qeu se valore la calidad técnica de dicha obra. Con ello se pretende que, a la hora de hacer un nuevo proyecto para solucionar los desperfectos que persisten, el coste lo asuma la adjudicataria de la reforma y no el Consistorio.
Eso sí, estamos hablando de unos trámites que llevarán meses, pues el procedimiento administrativo tiene sus plazos. Tras la decisión de la Junta de Gobierno Local le tocará mover ficha a la empresa adjudicataria, Construcciones Ortega, y en función de cuál sea su reacción, se podrían tomar nuevas decisiones como plantear una reclamación por la vía judicial.
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Yolanda Fernández Blanco
La decisión de declarar la lesividad de la recepción de las obras choca con el resultado del informe externo encargado para analizar los problemas que está acumulando la plaza pese a la reforma. De acuerdo con el mismo, elaborado por el grupo de investigación Ausinco de la Universidad de Burgos, las goteras no se debían ni a una mala planificación del proyecto ni una deficiente ejecución.
Tampoco tenía nada que ver, ni en las goteras ni en las grietas, el cambio de pavimento. Los problemas se han derivado del movimiento lateral de las capas de forjado. Por ese motivo, el concejal de Urbanismo, Daniel Garabito, reconocía hace un par de meses que había «pocas opciones de reclamar» por parte del Ayuntamiento, y estimaba el coste de la reparación en 80.000 a 100.000 euros.
Sin embargo, ahora se ha optado por este otro trámite. Marañón insiste en que la «prioridad» es que «deje de haber goteras en la Plaza Santiago» y que el aspecto estético «sea aceptable». Bien es cierto que las goteras son «escasas y muy localizadas», pero el problema sigue ahí y «la obra tiene que quedar bien», pero intentando que no repercuta económicamente en el Consistorio.
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