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Continúa la polémica con las obras de reforma de la Plaza de Santiago. De hecho, está lejos de finalizar, ya que aún no se han despejado las numerosas dudas en torno a la ejecución de las obras y, sobre todo, sigue habiendo goteras en el aparcamiento subterráneo. Y alguien deberá arreglarlas. Así lo ha vuelto a subrayar hoy el concejal de Urbanismo, Daniel Garabito, que ha anunciado que el Ayuntamiento iniciará el procedimiento para declarar lesiva la recepción de la obra y, paralelamente, instar a la empresa adjudicataria a que repare las goteras, ya que la obra está todavía en garantía.
En este sentido, Garabito ha dado cuenta de las conclusiones del informe solicitado tiempo atrás a la dirección facultativa de la obra, que ha dejado sobre la mesa varias consideraciones. La primera es que el uso de mezcla de bituminosas en caliente en vez de asfalto fundido para el pavimento exigía una modificación del proyecto que nunca se realizó, por lo que «no tiene encaje en la ley de contratos». Esta circunstancia obliga al Ayuntamiento a iniciar un expediente de lesividad que, llegado el caso, deberá ser validado por el pleno municipal, con el objetivo de adecuar la obra a la ley.
Pero mientras se lleva a cabo este complejo proceso administrativo, que acabará siendo dictaminado en los tribunales, lo más urgente e «importante» pasa por reparar «lo antes posible» las cuatro goteras que sigue habiendo en la zona central de la plaza, según Garabito. Y ese es otro melón de un tamaño considerable.
Y es que, según ha explicado el concejal, a lo largo de las últimas semanas se han llevado a cabo «muchas» pruebas para determinar cómo y dónde se generan las filtraciones de agua, toda vez que la plaza cuenta con dos capas de impermeabilización además del propio pavimento. De acuerdo al informe emitido por la dirección facultativa de la obra en virtud de esas pruebas, el fallo podría deberse a «movimiento de dilatación mayores de lo previsto», que podrían haber dañado la tela asfáltica, al igula que sucedió en la zona de los respiraderos.
De confirmarse esta «hipótesis», Garabito considera que las goteras no tendrían nada que ver con el cambio de pavimento. Para comprobarlo, «en las próximas semanas» se llevarán a cabo sendas catas en la plaza. Serán dichas catas las que determinen si, efectivamente, el problema deriva de ahí o no. Además, la Concejalía no descarta solicitar la elaboración de un informe independiente sobre la ejecución del proyecto, tal y como ayer solicitaron desde Vox.
En todo caso, el concejal ha recordado una vez más que «la obra está en garantía» en virtud de la ley de contratos públicos. Habida cuenta de que sigue habiendo goteras, el Ayuntamiento ha ordenado a la empresa adjudicataria a arreglarlas, considerando que es su responsabilidad directa. «Vamos a pelear por que esa reparación no cueste ni un euro al Ayuntamiento», ha zanjado el concejal al tiempo que tranquilizaba a los vecinos.
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