El Ayuntamiento mantiene contactos con seis empresas para retomar los vuelos desde Villafría

De momento, el equipo de Gobierno no tira la toalla. De hecho, tal y como ha confirmado hoy el vicealcalde y máximo responsable de Promueve, Vicente Marañón, el Ayuntamiento mantiene ahora mismo contactos con hasta seis operadoras aéreas que podrían estar interesadas en retomar la actividad desde el aeropuerto burgalés.

Las conversaciones con tres de ellas han sido abiertas directamente por el Ayuntamiento. Se trata de Volotea, el gigante Ryanair y la propia Air Nostrum, que tal y como ha señalado Marañón, está interesada en seguir operando desde Burgos. Por su parte, otras tres operadoras, que de momento han preferido mantener la confidencialidad, se han dirigido al Consistorio para conocer las posibilidades de establecerse en Villafría.

Se trata, en todos los casos, de contactos informales y poco concretos que se deben «analizar» para ver si es «viable» poner de nuevo en marcha una operativa de vuelos. Eso sí, el propio Marañón ha asegurado que «alguna» de las tres empresas que se han puesto en contacto con el Ayuntamiento ha dibujado proyectos «muy ambiciosos».

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En este sentido, el vicealcalde ha recordado que la «primera intención» del Ayuntamiento fue negociar con Air France la posibilidad de establecer una conexión con el aeropuerto Charles de Gaulle de París, el cual «nos abriría las puertas al mundo». Sin embargo, ha lamentado que «no somos lo suficientemente importantes para Air France». Sea como fuere, el reto máximo pasa por conseguir una conexión de ese tipo, aunque no se descartan destinos nacionales.

Además, el aún hipotético reinicio de la operativa comercial en el aeropuerto de Villafría no sería inmediato, ni mucho menos. De momento, no hay un plazo oficial, pero el equipo de Gobierno sí que se ha planteado la posibilidad de que los aviones volvieran a Burgos a partir de finales de marzo, cuando comienza la operativa estival en el sector del transporte aéreo. Todo dependerá, no obstante, del «interés» y la «viabilidad» de la operativa concreta, que debería ponerse por escrito a través de los correspondientes pliegos, un trámite que, en el mejor de los casos, se prolongará varios meses.