Las filtraciones de la plaza de Santiago no responden a una mala planificación del proyecto ni a una deficiente ejecución del mismo, sino a los movimientos laterales detectados entre las capas del forjado antiguo. Esa es la principal conclusión que expone el informe externo ... solicitado meses atrás por el Ayuntamiento de Burgos para determinar el origen de las goteras que aún persisten en el aparcamiento subterráneo tras la reforma integral acometida en la plaza.
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Según ha informado hoy el concejal de Urbanismo, Daniel Garabito, el análisis efectuado por el grupo de investigación Ausinco de la Universidad de Burgos, responsable del estudio, ha confirmado buena parte de las hipótesis que ya barajaban los técnicos municipales y la dirección de obra desde hacía un tiempo. Así, los numerosos sensores repartidos durante semanas a lo largo y ancho de la plaza han detectado movimientos horizontales reseñables entre las capas del antiguo forjado de la plaza. Dichos movimientos habrían afectado de manera directa sobre la capa de impermeabilización en el anillo central de la plaza, generando las filtraciones que aún hoy se mantienen en una zona muy localizada.
Sin embargo, el propio informe concluye que dicha situación no deriva de una mala proyección de la obra, la cual, a juicio de los analistas, sí preveía los efectos de las dilataciones. Tampoco considera el informe que la empresa responsable de las obras las ejecutara de manera deficiente. En este sentido, el informe asegura que el cambio de pavimento decidido por la empresa «no tiene influencia alguna en las filtraciones», toda vez que se trata de la capa superficial, bajo la cual se colocó una lámina de impermeabilización.
Asimismo, el análisis efectuado también considera que las grietas aparecidas en la superficie tampoco tienen influencia alguna en las filtraciones, sino que se trata de fallos meramente estéticos derivados de las dilataciones.
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Gabriel de la Iglesia
Aún así, la realidad es que a día de hoy «persisten tres goteras» en el aparcamiento subterráneo. Y hasta que no se arreglen no se podrá dar por cumplida la sentencia que condenaba al Ayuntamiento a solucionar las filtraciones que motivaron en su día las obras de reforma de la plaza. La duda ahora es quién va a asumir el coste de las reparaciones.
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En principio, y aunque se trata de una posibilidad que «todavía hay que explorar», Garabito entiende que las conclusiones del informe dejan «pocas opciones» al Ayuntamiento para reclamar a la empresa ejecutora. Esto es, que con toda probabilidad deberá ser el propio Ayuntamiento el que acometa las obras.
A este respecto, un cálculo inicial indica que podrían ser necesarios «entre 80.000 y 100.000 euros» para llevar a cabo las reparaciones, que en principio se centrarán en una zona muy concreta del anillo central. Esto es, que no será necesario volver a levantar toda la plaza.
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El objetivo, en todo caso, pasa por dar por zanjado todo este asunto «en los próximos meses». Ese, de hecho, es el «compromiso» lanzado por Garabito, que ha querido asumir la «responsabilidad personal» en este asunto. Es más, el propio concejal ha asegurado que, además de reparar las filtraciones, también se actuará sobre las grietas, ya que el resultado estético de la obra no es el óptimo.
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